Con este nuevo descenso suman cuatro caídas consecutivas registrando así una pérdida del 15,9% respecto a la primera licitación del mes de junio, cuando este promedio subió por última vez.
En esta subasta se comercializaron 27.510 toneladas de productos lácteos, lo que representa un aumento del 18,5% respecto a la licitación anterior. Esta oferta estaba compuesta en un 51,9% por leche en polvo entera (LPE), el 26,9% de leche en polvo descremada (LPD), en tanto que la manteca fue el 8,4% y el cheddar el 2,5%.
Como es tradicional, el principal destino para los productos comercializados fue el Norte de Asia (principalmente a China), aun volviendo a caer al 38,8% en su participación, muy por debajo del 53% que ha representado en los últimos cuatro años. El segundo destino fue el Sudeste de Asia y Oceanía con el 38,1% donde se destinó gran parte de lo que dejó China.
En valores, la leche en polvo entera promedió US$ 3.524 por tonelada, con una baja del 5% respecto al remate pasado, con un volumen de 13.849 toneladas colocadas, lo que representa un aumento del 20% respecto a la subasta previa.
En lo que va del año 2022, la LPE alcanzó en la primera subasta de marzo su valor máximo (US$ 4.757), siendo este además el mayor valor desde el 2013. Luego se registran dos meses de caída, hasta la primera licitación de junio cuando tiene un rebote a US$ 4.532 por tonelada y vuelve a retroceder hasta la venta actual, a US$ 3.544.
En estas últimas dos subastas la LPE vuelve a posicionarse por encima de las referencias para la LPD. Este producto cotizó en esta licitación a US$ 3.524 por tonelada, un 4,98% por debajo de la venta previa. Por su parte, la manteca cotizó a US$ 5.194 por tonelada, una baja del 6,1% respecto a la venta anterior, mientras que el queso cheddar cotizó a US$ 4.798 por tonelada, una caída del 0,7%.