La brucelosis es una infección bacteriana que se produce en animales y que puede transmitirse a los humanos, generalmente a través del consumo de productos lácteos crudos o sin pasteurizar.

Un brote de brucelosis en Teruel ha obligado a sacrificar a 4.000 ovejas y cabras en La Puebla de Valverde y Sarrión, y todavía quedan por analizar unos 15.000 animales de unas 60 explotaciones para completar el muestreo, lo que podría aumentar la cifra total de sacrificios. El director general de Calidad y Seguridad Alimentaria, Enrique Novales, se ha reunido con los ganaderos de estos municipios y los colindantes para explicarles el protocolo de actuación que el Gobierno de Aragón está llevando a cabo una vez detectado el brote de brucelosis ovina. Pero, ¿qué es exactamente la brucelosis?

Según informa el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la brucelosis es el nombre general de las infecciones bacterianas causadas por especies del género Brucella en los animales o en el hombre.

Clínicamente, la enfermedad se caracteriza por la presencia de abortos, retención de placenta, orquitis, epididimitis y, raramente, artritis, con excreción de los microorganismos en las descargas uterinas y en la leche. Concretamente, la Brucella produce una enfermedad clínica o subclínica en el ganado ovino que produce lesiones genitales y reducción de la fertilidad en los carneros, placentitis y abortos en las ovejas, y aumento de la mortalidad perinatal en los corderos.

Por regla general, según indica la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la brucelosis se transmite cuando un animal enfermo sufre un aborto. En los líquidos del parto de ese animal hay una gran cantidad de bacterias que pueden sobrevivir varios meses en el medio externo, especialmente en condiciones frías y húmedas, y que siguen siendo infecciosas para otros animales, que se contagian al ingerirlas. Las bacterias también colonizan las ubres y contaminan la leche.

La enfermedad en el ganado ovino suele ser leve y la hembra infectada muestra pocos signos clínicos hasta que aborta. Por otra parte, a veces, se observa inflamación testicular en los machos y, ocasionalmente, la bacteria se instala en las articulaciones, provocando artritis.

La problemática de la brucelosis radica en que reduce considerablemente el rendimiento reproductivo debido a los casos de aborto, infertilidad, retención placentaria, mortalidad neonatal o debilidad de la progenie; lo que se traduce en pérdidas económicas cuantiosas para los productores de ganado lácteo, ovejas, cabras o cerdos.

Transmisión a humanos

Según la OIE, la brucelosis también puede transmitirse a animales y personas a través de heridas en la piel o de las mucosas. La Organización señala que la brucelosis es una zoonosis extremadamente infecciosa para el ser humano, que provoca una dolencia llamada fiebre ondulante o fiebre de Malta, dado que fue descrita por primera vez en Malta en torno a 1850.

En el ser humano, la enfermedad presenta síntomas tales como fiebre intermitente o irregular, cefalea, debilidad, sudor abundante, escalofríos, pérdida de peso y dolor general. En algunos casos, también puede producirse la infección de órganos como el hígado o el bazo.

Respecto al contagio, las personas con más riesgo son las que trabajan directamente con los animales o con las muestras en los laboratorios. Los veterinarios, granjeros y empleados de matadero están expuestos a la infección cuando manipulan animales infectados o bien fetos o placentas tras un aborto.

Asimismo, los investigadores o técnicos de laboratorio pueden contagiarse al manipular cultivos o muestras con gran número de bacterias, como el material resultante de un aborto, motivo por el cual es preciso mantener las más estrictas medidas de seguridad.

Por otra parte, en el resto de población, lo más común, según señala la Clínica Mayo, es que las personas se infecten al comer productos lácteos crudos o sin pasteurizar. Asimismo, algunas veces, las bacterias que causan la brucelosis se propagan por el aire o por el contacto directo con animales infectados.

Por lo general, la infección por esta bacteria puede tratarse con antibióticos. No obstante, el tratamiento dura desde varias semanas hasta meses y la infección puede reaparecer. Para prevenir la brucelosis, los expertos recomiendan evitar los productos lácteos crudos, cocinar la carne por completo y tomar precauciones al trabajar con animales o en un laboratorio.

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