La importación de leche en polvo a México se ha mantenido en niveles altos porque su precio es bajo gracias al abaratamiento del dólar, pero esta situación trae en jaque a los productores mexicanos, que no pueden competir con los costos del producto extranjero.

La importación de leche en polvo a México se ha mantenido en niveles altos porque su precio es bajo gracias al abaratamiento del dólar, pero esta situación trae en jaque a los productores mexicanos, que no pueden competir con los costos del producto extranjero.

Como el dólar cuesta hoy 16.4 por ciento menos en pesos mexicanos que hace dos años, comprar leche en polvo importada se ha vuelto más conveniente para los industriales que comprarla a los ganaderos mexicanos.

Producir leche rehidratada a partir de polvo importado cuesta actualmente alrededor 8 pesos por litro, de acuerdo con Adalberto Velasco Antillón, presidente de la Unión Ganadera Regional de Jalisco (UGRJ), 24.5 por ciento menos que los 10.60 pesos por litro del precio de garantía en México, que es a como debieran comprarle a los ganaderos mexicanos la leche fresca.

Eso ha hecho que en los años 2021, 2022 y 2023 las importaciones de leche a México superen los mil millones de dólares anuales, mientras que en años anteriores rondaban los 700 millones anuales, de acuerdo con datos del Banco de México.

Esta situación ha impedido que los productores de leche logren vender toda su producción a la industria, a menos que acepten sacrificar su precio.

Velasco Antillón explicó que los costos no les dan para competir contra el producto importado, pues a los ganaderos mexicanos les cuesta entre 8 y 10 pesos producir un litro de leche, dependiendo de la región y el tipo de explotación que tengan.

“La entrada del producto de leche en polvo (de importación) es atractivo en precios dólar (para los industriales), ya que un litro de leche hidratada está en más o menos 8 pesos”, explicó el líder ganadero.

Por ello, para protestar contra las importaciones de leche en polvo, hace unos días, lecheros tiraron producto en Los Altos de Jalisco.

“Hace unos años, medianas y grandes empresas (industrializadoras de leche) se peleaban por el producto (nacional). Por ejemplo, Liconsa (Segalmex) antes te ofrecía 5 o diez centavos más (por litro) para que se la vendieran, pero en 2023 entran todos estos cambios y ahora sí ya no necesitamos productores nacionales, y te dicen: ‘yo no he soltado productores’, y se refieren a que no les han dejado de recibir la leche”, lamentó.

“Pero resulta que mucha de la que entra no es del productor, es de un acopiador, y luego resulta que este acopiador tiene leche de muchos productores y ya no le están comprando y andan peloteando para ver quién les compra la leche y terminan vendiendo muy por debajo del costo de producción”.

Por todo esto, los productores de leche han pedido al Gobierno federal elevar el precio de garantía de 10.60 pesos actuales por litro, a 13 pesos.

Y mientras todo esto pasa con los productores mexicanos, la leche al consumidor le cuesta alrededor de 26.50 pesos por litro.
Jalisco lidera la producción de leche de bovino en el País, con una aportación del 22 por ciento del total nacional. En promedio la entidad genera 7.5 millones de litros diarios, que significan una derrama de 58.1 millones de pesos al día, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural federal.

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