Volvieron los peores augurios en torno al centro de distribución en Buenos Aires y las plantas en el interior. Sueldos y producción, en entredicho.
Prensa Senador Felipe Michlig

Las turbulencias en el seno de uno de los emblemas de la lechería nacional no se toman respiro ni siquiera en tiempos de pandemia. Tras un inicio de año marcado por la continuidad de la deuda con proveedores y una menor producción, SanCor transita esta etapa del Covid-19 apelando a una estrategia basada en el achique permanente, las suspensiones de personal y el pago de sueldos en cuotas semanales.
Pese a que integra un segmento que desde el inicio de la cuarentena fue incluido entre las actividades esenciales, y que la compañía tomó la decisión de cumplir con el 75 por ciento de cada salario, la láctea redujo a la mitad el número de operarios en su centro de distribución en Acceso Norte y en el resto del país sólo mantiene en actividad a un grupo acotado de operarios.
Según pudo indagar iProfesional de fuentes gremiales, las instalaciones en el conurbano bonaerense apenas vienen funcionando al 10 por ciento de su capacidad. Y existe un bloque conformado por alrededor de 300 repositores que reciben pagos de salarios a cuentagotas.
“El centro de distribución en Acceso Norte es el único que le quedó a SanCor luego de la venta de activos a empresas como Adecoagro. La mayoría de los repositores externos están suspendidos y buena parte del resto de los empleados incluso en el interior están bajo un régimen similar. Por otro lado, con la reestructuración la firma concentró la parte administrativa en Sunchales (Santa Fe) y eso también le permitió recortar personal en Córdoba y otros sitios”, dijeron a este medio desde sendas organizaciones de trabajadores de la láctea.
“Con el estallido de la pandemia la empresa tuvo aval para pagar el 75 por ciento de los sueldos y ahí amplió su esquema de suspensiones hasta bajar a la mitad la cantidad de personas trabajando. En Buenos Aires, en el centro de distribución, hoy sólo 50 de los 100 operarios asignados cumplen tareas. Aunque la producción de leche y lácteos es actividad esencial, la empresa redujo personal y hasta bajó un poco la elaboración”, añadieron.
A la par del incremento en los casos de Covid-19, SanCor comenzó a fraccionar el pago de salarios sobre todo en provincias como Santa Fe y Buenos Aires.
“Una semana depositan 5.000 pesos, a la siguiente 8.000. Muchos integrantes del personal hoy todavía se encuentran cobrando los haberes correspondientes a marzo. Y la empresa arrastra incumplimientos importantes: el año pasado directamente no se pagaron los aguinaldos de junio y diciembre”, expusieron desde las agrupaciones.
En el ámbito de la lechería señalan que, desde aceleró su reestructuración en los últimos 3 años, SanCor recortó su dotación de personal de 5.000 operarios a un número actual que merodea los 1.600. Las voces consultadas por iProfesional aseguraron que de este último total, aproximadamente el 50 por ciento se encuentra activo hoy para el procesamiento de leche y la elaboración de quesos.
Continuidad de la caída
Previo a la irrupción del coronavirus, SanCor ya venía intensificando -otra vez- su desplome. Así, durante la segunda parte de febrero la láctea paralizó el trabajo en su planta de procesamiento de leche en San Guillermo, Santa Fe.
Las malas novedades no se detuvieron ahí: también en la primera parte del año desde la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste (Caprolecoba), voceros de la organización que nuclea a los productores de esa área de la provincia de Buenos Aires, aseguraron a este medio que la unión de cooperativas siguió adeudándoles pagos a productores cercanos a esa entidad.
“Los tamberos que proveían de leche a SanCor, directamente dejaron de venderle en cuanto se hizo visible el estado financiero de la empresa. Y no volvieron a operar con SanCor”, expresaron.
“Es lógico, si se tiene en cuenta que hay mucha gente a la que SanCor le sigue debiendo mucho dinero por la compra de leche. Hay productores que no cobraron aunque ha pasado, al menos, un año desde el inicio de la reestructuración”, agregaron.
El negocio de la compañía, como consecuencia del mismo proceso de recortes y fuerte deuda acumulada con sus proveedores, también se redujo considerablemente: de los 4,2 millones de litros de leche diarios que la firma recibía para procesar hace menos de un lustro, pasó a un volumen por debajo de los 750.000 litros.
Sin embargo, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, SanCor sigue en el pelotón de las mayores productoras de leche del país.
El tejido industrial de la empresa hoy se encuentra conformado por seis plantas de producción: tres en la provincia de Córdoba, ubicadas en las localidades de Balnearia, La Carlota y Devoto; y otras tres distribuidas en el territorio de Santa Fe, esto es, Sunchales, Gálvez y San Guillermo. Esta última, como ya se dijo, paralizada desde febrero.
En los últimos dos años, SanCor transfirió el control de su planta en Centeno (Santa Fe) a la firma La Tarantella; Alaisa tomó el mando de Brinkmann (Córdoba); mientras que Charlone (provincia de Buenos Aires) quedó bajo dominio de San Gotardo. Coronel Moldes (Córdoba), en cambio, resultó cedida a la cooperativa de tamberos de Huanchilla (departamento cordobés de Juárez Celman).

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