El vasco Pedro Uthurralt se embarcó rumbo a la Argentina hace casi un siglo y medio. En ese momento no imaginaba que su llegada al país generaría un recuerdo imborrable para toda una generación. No por su arribo a territorio argentino en sí, sino por la marca que gestó desde Merlo, provincia de Buenos Aires. La Vascongada fue una de las grandes lácteas a nivel nacional, pero atravesó dos quiebras y no pudo sobrevivir. No obstante, algunas de sus etiquetas satélites aún se mantienen con vida.
Uthurralt fue uno de los tantos vascos que emigraron al país y se dedicaron al negocio lechero. Además de ordeñar a las vacas también se subían al caballo para distribuir la materia prima. Casi tres décadas después de su llegada a la Argentina, el oriundo de Espès-Undurein tenía un plan: industrializar su producción.
En 1908 Uthurralt fundó La Vascongada y a la leche le sumó otros subproductos como manteca y dulce de leche. A su vez, lanzó yogures que se comercializaban en pequeños frascos de vidrio.
Explosión con Vascolet
La firma creció y llegó a competir directamente con la cordobesa SanCor y La Serenísima, fundada por la familia italiana Mastellone, dentro del top 3 de lácteas en el mercado local.
Su gran despegue se dio en los 50 con el lanzamiento del polvo para preparar leche chocolatada Vascolet, que se pronunciaba acentuando la última vocal y aspirando la consonante. Este pote traía consigo a Alejandro Vascolet, la mascota de la marca que protagonizaba las publicidades.
Luego, en los 70 la compañía presentó su línea de postres con la marca Sandy y un pato amarillo que decoraba el packaging. Asimismo, La Vascongada se lanzó a conquistar territorio porteño con su propia lechería sobre la calle Florida. Ahí vendía leche con vainillas, chocolatada y banana Split.
La doble quiebra
Si bien supo figurar entre los principales players de la industria, los problemas económicos le jugaron una mala pasada y la firma se declaró en quiebra en los 80. En la década siguiente resucitó bajo el nombre Productos La Vascongada y ensayó un nuevo comienzo a través de una alianza comercial con Parmalat. Sin embargo, esto duró poco tiempo.
En 1995 Productos La Vascongada se presentó en convocatoria de acreedores y quebró tres años después. Por su parte, Parmalat cayó en desgracia en 2003 luego de que saliera a la luz el fraude orquestado por su fundador, Calisto Tanzi.
Con vida en Uruguay
La marca La Vascongada pasó a estar en venta a partir de 2000. Tras cuatro licitaciones, la firma Servicios Portuarios, entonces operadora de las terminales de San Nicolás, Villa Constitución y Rosario, adquirió la etiqueta y la relanzó en 2006 con un desembolso aproximado de $ 1 millón.
No fue la única marca retro del negocio lácteo que tuvo su regreso. En 2019 Adecoagro compró Las Tres Niñas, mientras que Mastellone Hnos. llevó de nuevo a la góndola a La Martona. En tanto, Gándara también tuvo su oportunidad, incluso con un relanzamiento de sus postres Fity.
No obstante, a pesar del intento, La Vascongada no duró mucho en el mercado. Algunas de sus marcas se vendieron por separado. Por caso, Sandy pasó a manos de los dueños de Baggio y Vascolet forma parte del portfolio de Nestlé, que todavía lo comercializa en Uruguay.