Cuando vaya al supermercado o a la tienda a comprar queso en cualquiera de sus variedades, fíjese que se trate de un producto que se distinga por su sabor, con buena textura y de grato aroma. Esto no solo le asegurará un alimento que va a complementar perfectamente sus preparaciones gastronómicas, sino que también beneficiará su salud gracias a todos los nutrientes que posee.
No hay que olvidar que, al ser un derivado lácteo, el queso es una magnífica fuente de proteína de buena calidad y con alto valor biológico. Esto quiere decir, que es un alimento de fácil absorción y metabolización, que aporta los aminoácidos necesarios para el adecuado funcionamiento del organismo humano en cualquier etapa de la vida.
Diversos estudios e investigaciones científicas han concluido que el queso aporta proteína de alta calidad y minerales como el calcio y fósforo, además de vitaminas A y D, que son indispensables para asegurar el crecimiento en niños, mantener la salud ósea en adultos jóvenes y prevenir la osteoporosis en adultos mayores.
Por eso, al elaborar su variedad de quesos con leche cien por ciento proveniente del campo colombiano, Colanta les asegura a sus consumidores todas estas características y ventajas nutricionales, al tiempo que muestra un apoyo decidido a los productores rurales del país.
Hay que tener en cuenta que una porción de queso equivale a dos tajadas delgadas o a un trozo pequeño de 30 gramos, aproximadamente.
Aprendiendo de quesos
En el mundo existe más de un millar de variedades de queso, todas diferentes y con procesos particulares de elaboración que dan como resultado productos ideales para ciertas preparaciones y otros como acompañantes, considerando para eso sus sabores y texturas.
De acuerdo con Colanta, el primer criterio de clasificación de los quesos es el origen de la leche, su materia prima, siendo la de vaca la más usada en nuestro país.
La empresa destaca que el segundo criterio de clasificación es el proceso de elaboración, que determina si un queso es fresco o maduro.
Los quesos frescos no son sometidos a fermentación y contienen un alto contenido de suero y grasa. Algunos ejemplos son la cuajada, el quesito y el queso campesino.
Estos ofrecen gran versatilidad en la cocina, condición que les ha permitido ganarse un lugar muy especial en las mesas de los hogares colombianos, tanto por su fácil manejo como por los altos valores nutricionales que contiene, siendo rico en proteínas, vitaminas A y D, calcio y fósforo.
Los quesos madurados son, por su parte, sometidos a ciertas condiciones de humedad y pasan un tiempo de guarda con el propósito de intensificar sus sabores. Dependiendo del tiempo de maduración al que son sometidos y a la textura de su pasta tienen su propia clasificación.
Finalmente, la corteza, la textura interior y la consistencia son otros criterios que permiten establecer clasificaciones para los quesos.
Un queso de gran tradición
Como ya se mencionó, el queso campesino es uno de los favoritos de los consumidores nacionales. Muchos no saben que es de origen español y que comenzó a elaborarse en nuestro territorio cuando los conquistadores trajeron los primeros animales productores de leche y las técnicas de preparación, que fueron rápidamente adoptadas por los indígenas.
Cinco siglos después, el queso campesino acompaña a diario el desayuno de miles de colombianos. No es extraño encontrarlo sobre pan, arepas o tostadas debido a que su frescura contrasta perfectamente con bebidas calientes como el agua de panela, el café con leche o el chocolate.
Al almuerzo, forma parte importante de ensaladas y sándwiches, y en las tradicionales onces se le encuentra en buñuelos, almojábanas, tortas y postres.
En resumen, el queso campesino de Colanta es ideal para acompañar cualquier comida del día, combinarlo con cualquier sabor o incluirlo como ingrediente en recetas de panadería, pastelería y galletería.