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6 Dic 2025
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6 Dic 2025
Ambos aportan proteínas y calcio, pero difieren en grasas, digestión y tolerancia a la lactosa. Las claves para elegir el mejor según tu perfil.
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Queso de vaca vs. queso de cabra: ¿Cuál conviene más?

Hay pocas experiencias tan reconfortantes como una tabla de quesos compartida con amigos, un buen vino y charla. Entre los favoritos siempre aparecen el queso de vaca y el queso de cabra —dos opciones que, más allá de su sabor y textura, ofrecen distintos perfiles nutricionales.

🐄 Queso de vaca: cremosidad y tradición

El queso elaborado con leche de vaca se distingue por su sabor suave, cremoso y versátil. Además, es una fuente confiable de nutrientes esenciales: proteínas de alta calidad, calcio para huesos y dientes, y vitamina B12, entre otros.

Por otro lado, su perfil nutricional puede no ser la mejor opción para todos: a veces presenta niveles relativamente altos de grasas saturadas y colesterol, lo que podría ser una desventaja si uno busca cuidar su salud cardiovascular.

🐐 Queso de cabra: ligereza, digestión y equilibrio

Por su parte, el queso de cabra se destaca por tener un sabor más particular, una textura más firme, y una digestibilidad superior al de vaca. Esto se debe, en parte, a que su grasa tiene una estructura distinta, con glóbulos más pequeños que muchas veces facilitan su digestión.

En cuanto a nutrientes, el queso de cabra iguala o supera al de vaca: aporta buenas dosis de proteínas y calcio, y suele tener menos grasas saturadas y colesterol.  Por eso suele ser recomendado para quienes buscan cuidar su consumo de grasas, o para quienes son sensibles a la lactosa.

🧀 ¿Entonces cuál elegir? Depende de tus necesidades

  • Si buscás un queso clásico, fácil de encontrar, con sabor suave y bien versátil para cocinar o gratinar —y no tenés problemas de digestión ni colesterol elevado—, el queso de vaca sigue siendo una opción válida.

  • Si, en cambio, preferís reducir el consumo de grasas saturadas, buscás digestibilidad extra o tenés sensibilidad a la lactosa, el queso de cabra puede ser una mejor alternativa.

Ambos tipos tienen pros y contras: la clave está en elegir según tus objetivos nutricionales, tu tolerancia digestiva y el uso que le vayas a dar al queso en la mesa.

Fuente: Informador

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