El dato
Queso: segundo en el podio
- En el último ejercicio con datos oficiales, el de 2023, en Uruguay se produjeron 64.636 toneladas de queso, con un crecimiento de 14% respecto al año anterior. La producción la lidera por lejos la leche en polvo, pero el queso deja debajo suyo a otros rubros clave como suero de queso en polvo, dulce de leche, grasas, helados, flanes y postres, yogures, leches fluidas y otros productos (fuente: Encuesta de Industrias Lácteas del MGAP).
- En las exportaciones, en el año 2024, el último con datos concluidos, desde Uruguay se exportaron 21.497 toneladas de quesos por US$ 105,3 millones y eso deja a ese producto solo por debajo de la leche en polvo entera, superando a la leche en polvo descremada y a la manteca (fuente: Inale).
Lo que destacó el Inale
Cada 27 de marzo es una fecha especial para destacar la tradición quesera y el valor de este producto en la gastronomía y la economía.
En Uruguay, el queso es más que un alimento, es el resultado del trabajo de familias productoras, de la excelencia en la producción lechera y de un legado que se transmite de generación en generación.
El queso no solo es un alimento delicioso y versátil, sino que también aporta múltiples beneficios para la salud.
Además, contiene vitaminas del complejo B y grasas saludables que contribuyen al bienestar general.
Consumido con moderación, el queso puede ser un gran aliado en una dieta equilibrada, proporcionando energía y nutrientes esenciales.
Uruguay, tierra de quesos
Uruguay, indicó el Inale, cuenta con una rica variedad de quesos, que van desde los frescos hasta los de larga maduración, elaborados con tradición y esmero en tambos y queserías artesanales e industriales.
La diversidad de suelos y el bienestar animal en los tambos uruguayos contribuyen a una leche de alta calidad, base fundamental para la producción de quesos reconocidos a nivel nacional e internacional.
La industria quesera tiene un impacto significativo en la economía y el empleo rural.
Clave: elegir los de calidad
Al momento de elegir un buen queso, es clave considerar su origen, los ingredientes utilizados y las prácticas de elaboración, se expresó en el informe del instituto lácteo nacional.
Para asegurarse de que un queso es de calidad, se pueden tener en cuenta las siguientes características, destacadas en el taller Master Cheese del Inale:
Queso Colonia
- Sabor y aroma: suave y fresco, con un toque láctico y levemente salado.
- Masa: amarillo claro y homogéneo.
- Corteza: lisa, limpia y flexible.
- Ojos: esféricos, brillantes, con fondo liso y concentrados en el centro.
Queso Danbo
- Sabor y aroma: suave y fresco, con notas lácticas y leves de sal.
- Masa: cerrada, aunque puede presentar algunos ojos esféricos y brillantes.
- Color: amarillo claro y homogéneo.
- Corteza: lisa, limpia y flexible.
Queso Semiduro
- Sabor y aroma: picante e intenso.
- Color: amarillo claro y homogéneo.
- Corteza: lisa, limpia y dura.
Estos son algunos ejemplos de quesos producidos en el país, con base en leche de bovinos; en Uruguay, además de queso de vaca, también se producen quesos de cabra, oveja y con mezclas de las tres leches.
El Inale, en este Día Internacional del Queso, celebra el esfuerzo de todos los actores de la cadena láctea: desde los productores hasta los consumidores que eligen y disfrutan un queso de calidad, porque cada bocado cuenta una historia de dedicación, tradición y excelencia, destacó.
Un poco de historia
El queso según la RAE es el “producto obtenido por maduración de la cuajada de la leche con características propias para cada uno de los tipos según su origen o método de fabricación”.
Sin embargo, el queso es mucho más.
Para nuestros antepasados era la manera que tenían de conservar la leche, ya que no existían los frigoríficos. De esta manera transforman la leche, que es un 87% agua, en queso, que es un 47% aproximadamente agua (depende del tipo de queso), es decir, aprovechan la grasa, proteínas, vitaminas y minerales de la leche.
Poco se sabe de los orígenes del queso, sin embargo, se cree que los primeros quesos surgieron en el Neolítico (entre el 8.000 y el 3.000 a.C.), coincidiendo con las primeras domesticaciones de animales. En concreto, estos primeros quesos fueron de oveja. Pero, ¿cómo llegaron a hacerlo? Hay versiones que dicen que al guardar la leche en un depósito hecho con el estómago de un cordero, la leche fermentó y cuajó. Otros aseguran que, según la mitología griega, fue un regalo de los dioses.
Lo que sabemos seguro es que los primeros quesos documentados los hicieron los Antiguos Egipcios. Estos realizaban un queso parecido al requesón, batiendo la leche, almacenándola en recipientes hechos de piel y filtrándolo con papel de caña. Ya en la Antigua Grecia comían el queso acompañado de frutos secos, miel, panes y aceite. Pero, sin duda, fueron los romanos quienes extendieron el consumo del queso. Consumían principalmente queso de cabra, con frutos secos y especias (como tomillo y romero). La forma en que elaboraban el queso los romanos ya se parecía más al proceso actual.
Poco a poco se fue extendiendo esta forma de hacer queso en el norte de Europa y Oriente Medio, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se empezó a industrializar el proceso en Suiza, en el año 1815. A partir de ese momento, la industria quesera floreció, sobre todo en EEUU y posteriormente, en 1864, Louis Pasteur descubrió la técnica de la pasteurización con la que se redujo el riesgo de agentes que estropeasen el queso.
Fuente: Quesos Lavega