Un análisis detallado de los quesos que dominan el mercado local y las tendencias de consumo.
El mercado lácteo argentino revela una clara preferencia por ciertos quesos, consolidando a este producto como un pilar fundamental en la dieta nacional. Un reciente informe de Lácteos Azul, referencia en el sector, arroja luz sobre las variedades que más se consumen, destacando su versatilidad y presencia en el día a día de las familias. Este fenómeno no es solo una cuestión de gusto, sino que también marca las pautas de producción y comercialización en la agroindustria local. A pesar de las fluctuaciones económicas y los desafíos de precios, la demanda de quesos se mantiene robusta, reflejando su arraigo cultural.
En el podio de los más elegidos se encuentran el cremoso y la mozzarella, variedades que lideran las ventas gracias a su popularidad indiscutible en la gastronomía argentina. El queso cremoso es el protagonista de pizzas, empanadas y tartas, mientras que la mozzarella es el ingrediente estrella que define la auténtica pizza argentina. Esta preferencia por quesos de textura blanda y semiblanda es una tendencia clave para los analistas del sector, quienes observan cómo el consumo se centra en productos de fusión y fácil integración en recetas cotidianas.
La demanda del consumidor se diversifica con la inclusión de quesos de mayor curación y versatilidad. El Port Salut, de origen francés pero ampliamente adaptado al paladar local, es un favorito para sándwiches y preparaciones derretidas. Por su parte, el queso Sardo se posiciona como el semiduro de preferencia para rallar sobre pastas y risottos, un hábito gastronómico muy extendido. Estos datos demuestran una sofisticación en el consumo, donde coexisten tanto los quesos más tradicionales como aquellos que aportan un valor agregado a los platos.
Un segmento del mercado que no pasa desapercibido es el Tybo, conocido popularmente como “queso de máquina”. Este tipo de queso en barra se vende principalmente en fiambrerías y es un clásico de los sándwiches, especialmente en establecimientos gastronómicos. Su alto volumen de venta en este canal lo convierte en una pieza estratégica dentro de la cadena de valor láctea. Entender estas dinámicas de distribución y consumo por canal es fundamental para los productores y distribuidores que buscan optimizar su estrategia comercial.
Finalmente, el análisis de consumo no estaría completo sin mencionar la conciencia sobre la salud. Si bien el queso es un alimento nutritivo, los expertos señalan que su ingesta debe ser moderada. El informe advierte sobre los riesgos asociados al consumo excesivo, como el colesterol alto y la hipertensión, recomendando una porción diaria inferior a los 20 gramos. Esta perspectiva sobre un consumo responsable es un factor que la industria debe tener en cuenta para informar y educar a los consumidores, alineando el marketing con la promoción de hábitos saludables.
Fuente: El Destape Web