En Panamá conviven dos tipos de quesos en el mercado: los quesos originales, producidos íntegramente con leche de vaca, y los quesos sucedáneos —también llamados imitaciones—, que utilizan ingredientes como aceite vegetal y aditivos para emular color, sabor y textura.
Aunque los sucedáneos tienen presencia legal y no están prohibidos, los productores defienden que su comercialización debe ser transparente. Alegan que muchos consumidores los compran por error, confundidos por etiquetas poco claras pero precios inferiores.
Samuel Vernaza, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos (ANAGAN), explicó que el sucedáneo “ya está intervenido por otros elementos que no forman parte de lo que produce la glándula mamaria de la vaca” y solicitó modificar la Ley 113 de 2019 para exigir letreros que claramente distingan los productos originales de los sucedáneos.
Otro productor, John Ocampo, dijo que usar aceite vegetal y otros aditivos para “hacer rendir el queso” es “un acto desleal” si los productos se exhiben lado a lado sin diferencia visible.
Desde ACODECO, la autoridad reguladora, afirmaron que los sucedáneos están registrados y comercializados legalmente, pero admiten que hay confusión entre consumidores, por lo que reclaman aplicar la normativa de etiquetado existente y hacer mayor divulgación.
Para productores de queso de cabra, como Diomedes Domingo, parte del problema es la falta de conocimiento del consumidor sobre los componentes del producto que adquieren. En muchos casos optan por lo más barato sin saber que no es “queso original”.
Fuente: Metrolibre