A medida que envejecemos, la memoria podría bajar el rendimiento de sus funciones, las cuales son fundamentales para cada uno de nosotros porque permiten almacenar y recuperar información, como ideas, imágenes, sentimientos o sucesos.
Debido a esto es que es importante comenzar a cuidarla antes de tiempo y, entre las recomendaciones que brindan los especialistas, la alimentación es una de ellas.
Los quesos a considerar
En una entrevista con el medio Aol., el neurólogo y neurocirujano Mill Etienne explicó que a la hora de comer queso es necesario elegir los bajos en grasas saturadas, ya que el exceso de estas grasas aumenta el riesgo de padecer demencia.
Además, esta revelación se suma a un estudio realizado en Japón, el cual vincula que el consumo de feta y cheddar mejora la memoria y la función cognitiva, pero ¿cuáles son los quesos que podés consumir y qué cantidad de grasa aporta cada uno?
Quesos con menos grasas (cantidades en 100 g de producto):
- Cottage o cabaña: 4.3 g grasa
- Requesón o ricota: 11 g grasa
- Fresco bajo en grasa: entre 6 – 11 g grasa
- Feta: 21.5 g grasa
- Mozzarella bajo en grasa: entre 10 – 20 g grasa
- Cheddar: 24 g grasa
En ese sentido, el médico apuntó contra el consumo de quesos saborizados y procesados, el tipo que más consume la gente: “Los quesos procesados, los quesos envueltos individualmente y los quesos para untar pueden contener la enzima diacetilo. Esta enzima se utiliza para dar sabor y puede provocar deterioro de la memoria, así como enfermedades cerebrovasculares”.
Asimismo, señaló que si se trata de cuidar la salud cerebral, es preferible optar por quesos bajos en lactosa, como el suizo, parmesano y cheddar. “También suelo poner queso feta, elaborado con leche de cabra o de oveja, en mis ensaladas”, expresó.
Cabe destacar que además de ser delicioso, también es rico en dos aminoácidos esenciales: el triptófano y la tirosina. El triptófano es un precursor de la serotonina, el neurotransmisor que regula el estado de ánimo; mientras que la tirosina estimula la producción de dopamina, responsable de la sensación de placer. Además, los quesos aportan vitamina B12, calcio y fósforo, minerales fundamentales para el correcto funcionamiento del cerebro.
Sin embargo, el doctor Ettiene sugirió que “prestemos atención a nuestro cuerpo” y a cómo toleramos los alimentos. “Si tu sistema digestivo reacciona mal a la lactosa, esto podría tener un impacto en tu cerebro también”, manifestó.
Cuál es el queso ideal para tener los huesos fuertes
Por otra parte, el queso es beneficioso para los huesos, sobre todo por su alto contenido en calcio.
Según un estudio clínico publicado en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health, el queso Jarlsberg es el más saludable para la salud de los huesos. Se trata de una variante que se originó en Noruega, que “puede ayudar a aumentar los niveles de osteocalcina, una hormona asociada a la fortaleza de los huesos y los dientes”, afirman en el ensayo.
El estudio duró seis semanas y, en ese tiempo, los especialistas hallaron que una porción diaria de 57 gramos del queso Jarlsberg puede ser muy positiva para el organismo, ya que hace su aporte en tres aspectos distintos:
- Evita el adelgazamiento de los huesos por enfermedades como osteopenia u osteoporosis.
- No aumenta el colesterol dañino de baja densidad ni la hemoglobina glicosilada (también conocida como HbA1c), sino que la disminuyen.
- Mejora la absorción del calcio y del magnesio, lo que ayuda a la formación ósea.
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