El Centro de la Industria Lechera (CIL), asociación que representa a pequeñas, medianas y grandes empresas del sector, brinda información de contexto sobre los principales factores que intervienen en el desarrollo de la industria láctea en el país.

Según el OCLA, Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, hoy existen 10.446 tambos que generan más de 45.000 puestos de trabajo de forma directa. Cabe aclarar, que esta cantidad de tambos se mantiene relativamente estable desde hace más de una década y los mismos produjeron 11.553 millones de litros de leche cruda en 2021, lo que representó una suba del 4% respecto al 2020.

 

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Fuente: OCLA. https://www.ocla.org.ar/contents/newschart/portfolio/?categoryid=19#cbp=/Contents/NewsChart/Details?chartId=19798781

 

Estos tambos se encuentran distribuidos principalmente en tres grandes cuencas lecheras: Santa Fe, con el 34% de los tambos, Córdoba con el 29% y Buenos Aires con el 21%. El resto, se encuentra ubicado en cuencas más chicas.

 

Es importante destacar que la industria láctea argentina está muy atomizada. Existen más de 670 empresas registradas y 47 de ellas procesan más de 90.000 litros de leche cruda por día. Ninguna supera el 13% de participación en la compra de leche y, sumando las primeras cuatro, apenas alcanzan el 31% de participación acumulada. A diferencia de esto, por ejemplo, en Nueva Zelanda una sola empresa es responsable del procesamiento del 81% de la leche, mientras que, en Uruguay, un solo jugador recibe el 68% de la leche cruda.

 

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Fuente: OCLA, https://www.ocla.org.ar/contents/news/details/19798779-argentina-ranking-de-industrias-lacteas-2020-2021

 

Históricamente, las empresas lácteas han instalado sus plantas de elaboración y procesamiento cerca de los tambos remitentes, en las principales cuencas lecheras; y próximo a los centros de consumo, evitando, en lo posible, gastos de transporte innecesarios. Esto demuestra que la lechería es una actividad federal que promueve el desarrollo de economías regionales y facilita la generación de empleo genuino en diferentes localidades del país.

 

Por último, cabe destacar que el crecimiento de la producción de leche en el futuro depende fundamentalmente de la inversión que cada productor realice en tecnología, confort animal, sanidad y nutrición en su tambo, decisión que requiere necesariamente de una rentabilidad previsible. Si bien la demanda y precios internacionales auguran valores sostenidos para el futuro cercano, es necesario promover políticas de gobierno en materia de incentivos fiscales, créditos bancarios, infraestructura vial, etc. que fomenten el crecimiento de la producción y, en consecuencia, el desarrollo de la actividad.

 

 

 

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