Después de ocho meses de ocupación por parte del ejército ruso, volvió a tomar propiedad de su establecimiento, en la región de Kherson, en el suroeste de Ucrania.
Guerra Rusia-Ucrania: el drama de la guerra
El pasado viernes (11), las fuerzas ucranianas lograron expulsar a los invasores y, así, liberar las aproximadamente 1000 hectáreas del establecimiento, que cuenta con 400 vacas lecheras, 400 terneros y aproximadamente 500 hectáreas de cereales.
El relevo, sin embargo, no borra de su memoria el período durante el cual no sabía lo que podía pasar, no solo con sus bienes y animales, sino, principalmente, con los trabajadores del campo.
Los ataques comenzaron a acercarse a la propiedad a las pocas semanas del estallido de la guerra. De hecho, bombardeos y misiles alcanzaron sus cultivos. Algunos proyectiles dejaron grandes agujeros en el suelo y otros quedaron incrustados en campos de trigo. También se cortó el suministro de electricidad, gas, internet y prácticamente todos los servicios básicos.
Los rusos ocuparon la región en marzo y 30 soldados enemigos se quedaron permanentemente en su propiedad, viviendo diariamente con los trabajadores durante unos cinco días.
“Venían de las regiones islámicas de Rusia y, por lo tanto, la comprensión era aún más difícil. Los soldados a menudo eran violentos e incluso acosaban a los empleados. Se emborrachaban y se ponían violentos hasta que un oficial ruso se los llevaba”, contó Pastushenko a Agrofy News.
Afortunadamente, nadie resultó gravemente herido o muerto en la propiedad. Luego de eso, las fuerzas invasoras armaron una base táctica a pocos metros de la base del establecimiento.
Las actividades no se interrumpieron, ni siquiera con la presencia de los rusos. Sin embargo, la interrupción en el suministro de diversos insumos, como soja, medicamentos, micronutrientes y otros, provocó que la producción diaria cayera drásticamente.
“Antes de la ocupación producíamos unas 10 toneladas de leche al día y, con todas las dificultades, pasamos a 3 toneladas. Pudimos mantener parte de la producción porque teníamos nuestros propios granos almacenados, como maíz y ensilaje”, explica.
Además, la producción tampoco pudo comercializarse con normalidad. Así, Andriy movilizó a algunos voluntarios para llevar la leche y los productos lácteos de la empresa familiar a hospitales, iglesias y vender/donar directamente a los habitantes de la región.
“Nuestra intención era ayudar a los demás. Donamos toneladas de productos y luego pudimos comenzar a vender nuevamente. El personal de la granja y los voluntarios fueron verdaderos héroes durante este período. No había ni energía ni calefacción para darse una ducha caliente”, detalla.
El ejército ucraniano libera el tambo
La situación, sin embargo, comenzó a cambiar en las últimas semanas. Las fuerzas ucranianas comenzaron a ganar terreno ocupado por los rusos en varias regiones del país hasta que, el viernes pasado, la granja de Andriy fue liberada.
“Estoy realmente feliz. El ejército de Ucrania está hecho de gigantes, verdaderos titanes y héroes. Todavía no tenemos gas, luz ni internet, ¡pero somos libres! Espero que la próxima semana pueda estar allí”, confiesa.
Según el productor, la información indica que dichos servicios pueden comenzar a restablecerse en los próximos días y la producción del tambo comenzaría a normalizarse.