El cierre de la cooperativa láctea Calcar, sumado a la decisión de productores tamberos de diferentes zonas del país de ofrecer en remates sus equipamientos, y los mensajes que surgen desde el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que potencian las medidas sindicales en contra del sector empresarial, vienen generando graves consecuencias para el transporte de carga.
En entrevista concedida a La Mañana, el empresario Humberto Ramón, presidente de Trale, gremial creada en 1954 y dedicada a la recolección de lácteos con más de 400 camiones, se refirió a los inconvenientes que está atravesando el sector.
En los últimos días se conoció el cierre de la cooperativa láctea Calcar, ¿afecta el productor, afecta el transportista? ¿Cuál es la situación actual?
La verdad es que estas son cosas que se vienen dando sistemáticamente los últimos años. Tanto los productores más pequeños como las industrias más chicas no están pudiendo sobrevivir. Yo no conozco bien la interna de Calcar, conozco lo que ha salido en los medios, pero deduzco que es producto del poco margen que hay tanto a nivel de los productores como en el transporte también. Y bueno, cuando las cosas vienen bien se disimula, pero cuando hay merma en el trabajo, ahí se empiezan a ver las dificultades.
Se han enfrentado en reiteradas ocasiones al sindicato de los lácteos. ¿Recuperaron el diálogo para tratar de salir de esta situación todos juntos?
¿Cómo está la situación a nivel empresarial? ¿Está cayendo el número de empresas de transporte afectadas por esta situación?
Sin duda que sí. Incluso estuve hace unos días en un remate de un tambo, de un productor grande pero que no le dan los números, y me decía el rematador que solo ellos tienen 6 o 7 remates de tambo, liquidaciones totales ahora en un mes. Eso habla de que los costos son enormes y el más chico lamentablemente no puede cubrir los gastos, ese es el gran tema que existe.
Se corta la cadena de producción y ustedes son los que la reciben y la trasladan. ¿Qué pasa con lo de Calcar?
Como es público conocimiento, la cantidad de gente que quedó sin trabajo, y también están los productores, ¿verdad?, que no tenían ni a dónde enviar la remisión la producción diaria de leche. La verdad es que no sé cómo lo están manejando, pero me imagino la situación de desesperación, porque tener la producción, que es de lo que uno vive, y tenerla ahí y no saber si mañana la vienen a buscar o no debe ser lo peor que le puede pasar a un productor tambero en este caso.
¿Estos temas se los trasladan al gobierno para reclamar algún tipo de solución alternativa?
Sí, nosotros tenemos reuniones con los distintos actores que involucran lo que es el transporte y se les está diciendo constantemente que los números no dan.
Siendo un gremio que tiene representación en todo el país, ¿han logrado reunirse con quienes redactan las leyes, que son los diputados, para ver cómo pueden cambiar está realidad?
Ahora no, pero hemos tenido varias reuniones y nos han recibido con buena disposición, pero después no se ha podido poner en práctica mucho ese tema. Entonces, creo que acá hay que poner de todas las partes. Primero, hay informalidad en el transporte, es verdad, pero también tiene que ver con que los clientes también tendrían que controlar, en este caso el gobierno, ni que hablar.
¿Las declaraciones del ministro de Trabajo Juan Castillo potenciando medidas gremiales le preocupan? ¿Han recibido algún tipo de asesoramiento legal?
La verdad es que la noticia a todos creo que nos impacta porque creo que son medidas extremas y volvemos a lo mismo, los extremos son malos, cada uno tiene la libertad de hacer con su deseo y creo que esa libertad no se le puede cortar a nadie. Volvemos a lo mismo, lamentablemente, el ministro está auspiciando eso que la verdad es que creo que no es para nada bueno, pero no es para nada bueno a la empresa ni para los trabajadores porque esas relaciones quedan muy tensas y después las cosas siempre terminan mal porque no se parte de un respeto, como decía, vuelvo al principio, de sentarse en una mesa y poner cada uno lo que tiene que poner.
En medio de la discusión por el tema salarial, desde su punto de vista, ¿cómo debería orientarse el pago? Porque en el pago por kilómetro, no es lo mismo la distancia desde Colonia que Rivera o Artigas para llegar a las plantas. ¿Cuál es la idea que tiene usted de cómo debería regularse el pago de los jornales?
Bueno, yo no estuve, sí estoy al tanto de las maneras que se plantearon, varias formas se plantearon porque todas no son iguales tampoco, no hay una forma única de pagar porque los transportes son todos diferentes. Entonces, digo, hay varias formas, no quisiera decir una porque esa puede servir en algunos casos y en otros no. Pero como esto no hay recepción, ni siquiera con decir “Bueno, se va a estudiar o lo vamos a ver o vamos a ver qué es lo que podemos mejorar o no”. De esa parte no tenemos un ida y vuelta que pueda hacer que tenga su fruto porque la verdad es que la reunión está no y no, entonces no hay negociación ahí.
¿Les preocupa que aparezca de vuelta la palabra Sictrac en la discusión sobre el transporte?
Preocupado o no, en sí, lo que queremos es saber qué realmente es lo que se va a controlar y el mayor miedo o incertidumbre creo que es el de siempre, que se controle a los que ya se están controlando y que los que no se controlan o evaden sigan haciéndolo, entonces es un impuesto más a los que hacen las cosas bien.