La lechería uruguaya busca salir del pozo, y ahora nuevamente comienzan a emerger sondeos de inversores privados por adquirir industrias que bajaron la cortina en los últimos años u otras que están en marcha. Sin embargo, hay un punto crítico, la escasez de materia prima para que esos emprendimientos puedan salir adelante sin distorsionar el funcionamiento de las que ya están operativas.
El presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale) Ricardo De Izaguirre dijo a El Observador dijo que lo ideal sería que si llegan nuevos inversores, su plan no solo abarque la pata industrial, sino que también “contemple el desarrollo de cuenca de tamberos” para atender sus necesidades de materia prima.
De acuerdo a los datos que procesó el Inale, la remisión a plantas industriales en el período enero-octubre totalizó 1.602 millones de litros y cerró 5,3% por debajo del igual período del año pasado, aunque en octubre el descenso de la producción fue de apenas 0,7% respecto a igual mes de 2018.
Entre enero y junio de este año, 89 productores lecheros dejaron la actividad, de acuerdo a datos oficiales del Fondo de Financiamiento y Desarrollo Sustentable de la Actividad Lechera (Ffdsal). Actualmente son unos 2.359 los productores que remiten a plantas, unos 223 menos que al cierre del año 2016.
En el último tiempo, una mejora de los mercados internacionales con una suba sostenida de los precios y demanda (apuntalado por una suba del dólar de 16% en lo que va del año) devolvió algo de esperanza a un sector que atravesó un prolongado período de vacas flacas en el último tiempo. Lentamente las industrias comienzan a trasladar esa mejora en sus ingresos a un mayor precio de litro de leche para los tamberos, pero para muchos es todavía insuficiente para cubrir los números rojos y deudas de años anteriores, así como para tener la liquidez suficiente para realizar inversiones que permitan darle un mayor dinamismo a la producción.
La faena de vacas lecheras retrocedió levemente en octubre, segundo mes consecutivo de baja tras el pico de agosto. A pesar de ello, en el acumulado de 12 meses sigue en máximos históricos. En octubre la faena de vacas lecheras fue de 6.765 cabezas, 18% menos que las 8.208 industrializadas en setiembre y lejos por debajo del pico de 10.558 de agosto, informó Blasina y Asociados.
Chinos visitaron Schreiber Foods
Esta semana llegó a Uruguay una misión de ejecutivos de la firma china Gansu Huaan Biotechnology Group. La compañía está especializada en la producción de caseína, se ubica entre las 100 mayores empresas privadas de la provincia de Gansu (en el noroeste de China), cuenta con seis plantas industriales en este país y en Kazajistán, y comercializa sus productos en EEUU, Alemania, Corea del Sur, Brasil, Medio Oriente, y otras regiones.
Según comentó De Izaguirre, en un principio la misión de Gansu tenía como objetivo la visita de empresas ya instaladas como Alimentos Fray Bentos para cerrar negocios de importación, pero luego comenzaron a realizar consultas sobre otras industrias uruguayas. Ahí surgió el interés por visitar la planta de la compañía estadounidense Schreiber Foods en San José, que bajó la cortina en junio de 2015 tras cinco años de actividad en Uruguay al no recibir ningún interés de otro privado para comprar su complejo industrial. En ese entonces empleaba a 170 trabajadores y exportaba básicamente caseína a China, Rusia, Brasil, Venezuela, México, Chile y EEUU, entre otros mercados.
“En este momento el gran problema que puede tener el desarrollo de una nueva industria es que no hay leche. Distinto es comprar una industria que ya está en funcionamiento porque hoy ya tiene asegurada su materia prima”, explicó De Izaguirre.
El presidente del Inale dijo que no tuvo mayor información de la impresión que se llevaron desde la firma Gansu tras su visita a Schreiber Foods para saber si hacen alguna oferta concreta para adquirir esa planta industrial.
Por otro lado, el presidente del Inale se refirió a la posibilidad de que alguna empresa local o extranjera se haga cargo de las plantas industriales de Pili en Paysandú, luego que se definiera un nuevo llamado a interesados por parte del BROU (principal acreedor) y el síndico del concurso de la empresa. El plazo para presentar las ofertas vencerá el 16 de marzo de 2020. De Izaguirre dijo que se trata de una planta con “gran potencial” porque es moderna y eficiente, y su desmantelamiento -para llevarla a otro lugar- implicaría una “pérdida de valor importante”. “En esa zona puntual hay leche”, indicó.
Ecolat a paso lento
El cambio de viento para la industria lechera tuvo un primera señal durante el pasado junio con la reapertura parcial de la firma Ecolat por parte del grupo peruano Gloria. Esta empresa emblema para la localidad de Nueva Helvecia (Colonia) también había cerrado sus puertas a principios de 2015 y dejado a unos 400 trabajadores sin su fuente laboral. En un principio, el retorno a la producción industrial de Ecolat fue más modesto y se propuso elaborar quesos para la exportación a la región con un volumen acotado de leche que no superaría los 50 mil litros diarios (lejos de los 400 mil que llegó a procesar durante su época de apogeo) y con una plantilla de unos 30 operarios.
El presidente del Inale dijo que la industria ha funcionado relativamente bien en la primavera con el excedente de leche que tienen los queseros de la zona. “No hubo una estrategia agresiva para sacar productores a otras industrias”, aseguró.
Otras industrias
La última crisis dejó a otras industrias más pequeñas como Claldy, Calcar o Coleme con serias dificultades financieras para mantenerse en pie. Por ello debieron acordar reestructuras en el pago de sus deudas con el sistema financiero y aplicar achique de costos para seguir a flote. De Izaguirre dijo que Claldy está “cumpliendo bien” con sus obligaciones, mientras que Calcar había solicitado una prórroga hasta 2020 para ponerse al día con sus proveedores financieros y de servicios. Finalmente, Coleme logró enderezar su rumbo en la primavera abasteciendo su zona de influencia (Melo) con leche fresca y elaborando quesos con el sobrantes de materia prima en acuerdo con sus trabajadores.
Finalmente, la industria que no muestra mayores señales de reactivación es la multinacional Lactalis, propietaria de la marca Parmalat. “Tiene muy poco movimiento. Sorprende un poco que no haya dado ninguna señal de avance en sus niveles de producción”, dijo De Izaguirre. Esta industria está abocada básicamente al mercado interno con su planta de Cardona (Soriano), ya que la de Salto permanece cerrada.