Con la medida oficial que elimina temporalmente las retenciones a los granos hasta el 31 de octubre, tamberos, feedloteros y productores porcinos de Argentina están calculando un fuerte impacto sobre sus costos y su rentabilidad. Aunque la medida favorece al exportador, los sectores que usan esos granos como insumos sufren, sobre todo los productores de menor escala.
Según el consultor Juan Uccelli, en el caso de la actividad porcina el costo de producción podría subir algo más del 10 %, dependiendo de los precios futuros de soja y maíz. En lechería, José Luis Volando (Federación Agraria), que también produce en James Craik (Córdoba), advierte que la suba será de entre 10-15 %, algo que profundiza pérdidas ya existentes, especialmente para tambos pequeños.
Para los feedloteros, la alimentación —principal costo en su estructura— se encarece al aumentar el precio del maíz y la soja, lo que reduce el poder de pago por los terneros de invernada y presiona sobre los precios finales de carne.
Uno de los problemas principales es que no existe margen para trasladar esos aumentos al consumidor. En mercados internos saturados, los productores pequeños no podrán compensar los costos crecientes, de modo que las pérdidas recaerán sobre ellos.
Fuente: Bichos de Campo