El robot de ordeño es más que una máquina para ordeñar vacas. El veterinario y asesor catalán David García detalla cómo sacar el máximo partido a la información que aporta el software del robot para la gestión de la granja
ROBOT
No todos los ganaderos sirven para tener un robot porque hay que estar dispuesto a trabajar con datos

La tecnología ha entrado de lleno en las granjas lecheras, con el robot de ordeño como elemento estrella. No supone solo un cambio en el sistema de ordeño, sino que su alcance va mucho más allá.

Los robots no solo ordeñan: ordeñan, alimentan y ofrecen datos”, valora el veterinario David García, que participó en las Jornadas Técnicas de Seragro con una ponencia sobre como maximizar el potencial del robot de ordeño para la gestión de la explotación.

“Con sus bondades y con sus limitaciones, los robots de ordeño son una herramienta de trabajo fundamental que nos aporta gran cantidad de datos. Hemos de aprovechar al máximo toda esa información que el robot nos proporciona”, insiste.

Sin embargo, advierte, “el robot no sirve para todos los ganaderos”.  “A los que estáis valorando montar un robot, yo os aconsejo que os asesoréis con alguien que os explique la verdad de los robots más allá de lo que os cuenten las marcas que los venden, porque no todos los ganaderos sirven para el robot; lo primero es que hay que estar dispuestos a trabajar con datos”, concluye.

El manejo de la tecnología puede llegar ser un desafío en muchas explotaciones

De ganadero a experto en datos

David asegura que “el manejo de la tecnología puede llegar ser un desafío en muchas explotaciones”. Por eso, defiende que el propio ganadero y sus empleados han de capacitarse para integrar todos los datos que generan las diferentes tecnologías implementadas en la explotación en la toma de decisiones de la granja.

“Cuando instalamos un robot en una explotación muchas veces pasa a ser el centro de atención en exclusiva, cuando no debería serlo. Es el conjunto de datos el que nos tiene que llevar a tomar decisiones, no solo la información que nos aporta el robot, porque el robot no nos dice cuánto dinero estamos ganando o no”, afirma.

Hemos de aprovechar al máximo toda la información que el robot nos proporciona e integrarla en la toma de decisiones, pero necesitamos muchos más datos que los que nos ofrece el robot para gestionar una granja

“Necesitamos muchos más datos que los que nos ofrece el robot para gestionar una granja”, insiste. Después del ordeño, el siguiente paso será la robotización de la alimentación, pronostica. “Una vez tengamos la ingesta de materia seca controlada tendremos cerrado el círculo”, asegura.

“Los principales índices económicos de una ganadería de leche están directamente relacionados con la nutrición”, afirma. Son indicadores de eficiencia económica y, por tanto, de viabilidad. Por eso, asegura, “tres ordeños diarios no garantizan mejores resultados económicos que 2,5”, asegura.

Tres ordeños diarios no garantizan mejores resultados económicos que 2,5

“Cuidado con los datos, porque en las medias hay que tener mucho en cuenta la dispersión. Por ejemplo, una media de tres ordeños diarios: si una vaca se ordeña 4 veces y otra 2 la media es 3, pero si una vaca se ordeña 5 veces y otra 1 la media también es 3”, evidencia. “El verdadero indicador de eficiencia es la cifra de litros por ordeño, porque si una vaca se ordeña 3 veces pero da solo 8 litros por ordeño no interesa”, destaca.

Alimentación y ordeño a la carta

El consumo de pienso en el robot es totalmente configurable y permite repartirlo a gusto del ganadero, pero encontrar el equilibrio entre la máxima producción de leche a mínimo coste no es tarea fácil. Los KPI más usados habitualmente son kilogramos de concentrado por vaca y día y gramos de concentrado por litro de leche producido. “Hay que trabajar con listados y análisis de datos de animales que no consumen lo deseado según las tablas
para establecer medidas correctoras”, recomienda.

Hasta que llegue la inteligencia artificial tenemos que decidir nosotros

“Hasta que llegue la inteligencia artificial tenemos que decidir nosotros, pensando en cómo maximizar la producción en el robot. El índice de producción de leche por día de vida en la explotación, desde el nacimiento hasta la salida al matadero, es el que nos va a decir si ese animal ha sido bueno o no en nuestra granja”, afirma.

Para este asesor, el objetivo final debe ser “hacer 22 litros de leche por día de vida”. Para lograrlo algunas estrategias pueden ser reducir la edad al primer parto pero sin comprometer la producción futura y aumentar la producción por vaca presente, contando también a las vacas secas, no sólo las que están en lactación.

El objetivo final ha de ser lograr producir 22 litros de leche por día de vida

“El objetivo final es producir más y hacerlo más barato y el robot nos puede ayudar en eso a través de los permisos que damos”, asegura. La ingesta elevada de concentrado puede derivar, además de en un incremento de costes, en problemas metabólicos. “Hay muchos rebaños con acidosis subclínicas por la elevada ingesta de pienso. No se puede dar un 70% de concentrado y un 30% de forrajes en la ración, porque eso tiene consecuencias”, advierte el veterinario catalán.

Focalizar los problemas

Ya sea a través de listados, informes o alarmas, aspectos como salud y actividad y desviación en la producción de leche deben ser revisados a diario. “Las desviaciones negativas en producción de leche suelen ser indicadores de patologías incipientes debidas a un descenso del consumo. Distinguiremos entre animales a intervenir rápidamente y animales a observar”, propone.

El ordeño robotizado representa un sistema eficaz de monitorizar vacas de alta producción

“El robot monitoriza muy bien a los animales y es una herramienta muy buena para diagnosticar enfermedades. Detectan mejor las enfermedades las máquinas que nosotros”, afirma. “La revisión a diario del reporte de vacas frescas y hasta el pico de producción es indispensable, ya que aquí la detección precoz de enfermedades puede reducir pérdidas de ingresos en leche considerables”, asegura David.

“Las desviaciones negativas en producción de leche suelen ser indicadores de patologías incipientes debidas a un descenso del consumo. Los nuevos animales enfermos no detectados precozmente suelen aparecer en el listado de vacas con retraso”, detalla.

Es indispensable revisar a diario del reporte de vacas frescas hasta el pico de lactación

La mayoría de sistemas de ordeño robotizado cuentan con dispositivos de monitorización de la salud ruminal de las vacas. “A través de alarmas o listados de trabajo configurables hemos de optimizar el manejo de estos animales a revisar para reducir el tiempo de trabajo y el bienestar de los animales”, defiende.

Junto con las caídas de rumia, otras alertas que permiten una detección precoz de enfermedades, en este caso relacionadas con la salud de ubre, son la conductividad y los ordeños incompletos. “Configurar alarmas diarias por ordeños incompletos es útil para detectar los riesgos de mamitis”, explica.

Número de vacas por robot

“El objetivo económico de cualquier explotación robotizada debería ser producir la mayor cantidad de leche por robot, pero el número de vacas que gestiona correctamente un robot depende también de otros factores, como los ajustes en los permisos de ordeño o las propias instalaciones”, asegura.

Las deficiencias en las instalaciones pueden limitar la producción de leche incluso más que el número de vacas por robot

“El espacio de comedero, el número de cubículos, la dimensión de los pasillos, las dimensiones del área de acercamiento al robot, el número de bebederos, etc. son factores que pueden limitar la producción, incluso más que el número de vacas por robot”, afirma.

No todos los establos sirven para montar robots

“No todos los establos sirven para instalar robots y hay que entender también que cuando se montan robots en una granja varía el funcionamiento del rebaño”, asegura. “En Cataluña a los ganaderos les cuesta mucho entender que con robots no hace falta tener tantos cubículos o tantas cornadizas”, ejemplifica.

La genética al servicio del robot

Para optimizar el robot, David recomienda configurar los permisos de ordeño de manera que se priorice a las vacas recién paridas frente a las que se encuentran en cola de lactación. “Si damos preferencia a los animales en pico de lactación castigando un poco a los que se encuentran más cerca del secado haremos más litros con el mismo robot”, asegura.

Para hacer más litros podemos priorizar en los permisos de ordeño a las vacas recién paridas frente a las que se encuentran en cola de lactación

En cuanto a la velocidad de ordeño, este experto indica que “se deben seleccionar vacas aptas para el robot”. “Mediante la selección genética podemos mejorar el flujo de leche de nuestros animales”, explica. Otro aspecto a optimizar sería el tiempo medio de visita. “El número de ordeños y el tiempo libre diario deben mantenerse siempre en valores aceptables”, advierte.

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