Se llama Rocío, en realidad Novoa Gerard Rocío, en referencia a la granja del concello de Taboada a la que pertenece y al semental del que desciende, y es la vaca más lechera de Galicia. Durante el año pasado salieron de su ubre nada menos que 22.785 kilos de leche, más del doble que la media producida por las otras 320.000 pintas gallegas.
La cifra no sorprende, sin embargo, a su dueño Diego Novoa, acostumbrado a las muchas satisfacciones que le ha dado Rocío a lo largo de sus casi ocho años de vida. «É unha vaca que, a pesar da súa gran produción e de non gozar de ningún coidado especial, non tivo problemas veterinarios. Ademais é unha gran reprodutora, porque xa hai na corte fillas súas con moita produción e incluso algunha neta que, polo que apuntan as probas, tamén será considerada como de alto valor xenético».
Este joven ganadero no solo puede presumir de tener entre su rebaño a grandes vacas lecheras _la explotación fue la tercera de Europa el año pasado con ordeño robotizado al alcanzar una media diaria de 46 litros por animal_ sino también a ejemplares muy longevos.
Buena prueba de ello es la propia Rocío que a su enorme potencial para dar leche une una longevidad poco habitual entre las vacas frisonas de alta producción. Tanto es así que, en su quinta lactación (la media gallega ronda las tres) ya ha conseguido ingresar en el selecto club de las reses que logran superar el listón de los 100.000 litros de leche a lo largo de su vida. En ese grupo están también Castaña, Lagarta, Lucía, Esmeralda o Morita, otras de las vacas estrella de esta explotación del municipio lugués de Taboada que actualmente ordeña alrededor de un centenar de cabezas. Detrás de estos logros no hay, según apuntan desde Ganadería Novoa, ningún secreto más que el trabajo y el esfuerzo por mejorar. Eso y la apuesta por la recría en la propia explotación pues hace más de tres décadas que en sus instalaciones no entra ninguna res foránea.
«Compramos vacas en Alemaña hai máis de 30 anos e despois sempre fomos recriando dos nosos animais. Investimos moito en xenética e penso que a dedicación de todos estes anos está dando os seus froitos», explica Diego Novoa. Y no le falta razón, a tenor de los datos de Africor-Lugo del año pasado, que no solo sitúan a su granja entre las primeras de la provincia en cuanto a la calificación morfológica de sus vacas sino también en el capítulo de las medias de producción anuales del conjunto del rebaño.
Viendo la excepcional figura que conserva Rocío y a poco que la respeten los problemas en la ubre o las patas, los más habituales entre las frisonas gallegas, es de suponer que se mantendrá en los puestos de cabeza de las vacas más lecheras de la comunidad durante varios años más. En cualquier caso, a la zaga ya tiene a compañeras de establo como la Panky -dio 19.675 litros el año pasado- o la Mariquita, una novata que después de su primer parto ya superó los 15.000 litros de leche, cantidad suficiente para abastecer en un día a toda la población de Pontevedra. De momento, en el país del millón de vacas, Rocío sigue siendo la reina.