¿Cómo está ingresando hoy el productor al otoño? Los problemas financieros que dejó la última seca todavía no se han despejado.
El año 2023 fue complejo, porque la seca nos pegó muy duro con el tema endeudamiento. Hubo que salir a comprar cuanto alimento se ofrecía de muy mala calidad y muchas veces a precios disparatados. El plan original era pagar eso en la primavera, pero el mercado internacional se pinchó y eso se trasladó en un menor precio de la leche para el tambero. La situación nos dejó muy complicados y esos gastos de la seca ya pasaron a deuda. Si bien tuvimos un clima favorable en la primavera-verano para la confección de muchas reservas, eso también fueron gastos que los tamberos debieron afrontar en los últimos meses que generaron ciertas complicaciones a nivel financiero. La producción recién ahora se está comenzando a recuperar, porque en verano siempre se saca menos leche.
Y hay una ecuación favorable con los granos.
Exacto, esa es una de las ventajas que hoy tenemos. Además, un dólar bajo, en el corto plazo, es una variable que ayuda para los productores, porque tenemos muchos costos en dólares. Sabemos igual que un dólar tan bajo a la larga nos perjudica.
Hacia delante, con un clima que nos ha jugado una parada un poco complicada en las últimas semanas con más de 500 mm en Florida, de cara al invierno, hay buenas perspectivas para la producción, porque los granos han bajado sensiblemente. Pasamos de un promedio de unos US$/t 350-360 del ejercicio anterior, a unos US$/t 280 o menos para este año.
Es muy importante también que el precio de la leche se sostenga para intentar sacar un poco la cabeza.
Algunos productores han planteado que quizás debería analizarse la posibilidad de lanzar un nuevo FFDSAL para sobrellevar el costo financiero de la última seca. ¿Qué posición tienes al respecto?
A nivel de las gremiales es un tema que todavía no se ha hablado. Sí estamos trabajando más en la creación de un fondo anticíclico. Nuestra visión es que ese fondo debería apuntar no a ponerle plata al precio de la leche, sino a contar con una caja que permita repartir dinero ante situaciones adversas como podría ser un FFDSAL, por ejemplo.
La SPLF tiene una postura muy clara en que no está de acuerdo en que lo único que haga un fondo anticíclico sea ponerle precio a la leche y que, además, quedaría atado al manejo de la industria. Como gremialista nos preocupa la situación en general de la lechería, porque es un sector dinámico, que crece, pero cada traspié que tenemos lo resolvemos con endeudamiento. A la actividad lechera hay que analizara a 10 años, no se puede tomar la foto de un período en particular. Eso se ve en que los productores que hacen las cosas medianamente bien han crecido pese a las dificultades del rubro.
¿Cómo vienen los servicios de la SPLF?
Siempre se está creciendo. Estamos con los nuevos ingresos al campo de recría y vamos a llegar a unos 6 mil animales en un predio de 4.000 ha. El sistema de recría intensivo viene creciendo en forma exponencial. Después tenemos todo el desarrollo de maquinaria; hay mucho futuro de trabajo y cosas por hacer por delante.
La gremial viene haciendo foco en todo el tema riego. ¿En qué está esa etapa?
La SPLF viene trabajando hace tiempo ya con CERES en un proyecto muy ambicioso para el riego para llegar a unas 10 mil hectáreas bajo riego para la lechería. La experiencia que tenemos con el riego en el campo de recría La Cruz, con un suelo de muy mala calidad (5.02b), nos voló la cabeza. Llevamos ya cinco años con unos kg/ha 12.000 de grano de promedio. El próximo 16 de mayo vamos a lanzar con CERES ese proyecto. La idea inicial es que esto pueda funcionar en primer lugar con el resto de las gremiales en los campos de recría que todas tienen en predios de Colonización. Este es un primer paso bien importante, pero hay que pensar en el riego para toda la lechería y el país.