La Sociedad Rural de 9 de Julio sintetizó a través de un comunicado lo que realmente sienten los productores agropecuarios con la novela del maíz que está escribiendo el Gobierno Nacional a través del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación: “Hoy son las exportaciones de maíz, mañana de trigo, carne, leche, etc”.
El “miedo”, aunque quizás no sea la palabra correcta, es lo primero que surge en el sector agropecuario cuando el gobierno decide cerrar las exportaciones de maíz de forma temporal. ¿Por qué miedo? Porque cualquier excel de una empresa agropecuaria se traza sobre un mercado supuesto, tanto en el ámbito doméstico como en el internacional. Si algo cambia en esa ecuación, reina la incertidumbre.
“Porque los ciclos agropecuarios son largos, por lo tanto necesitamos reglas claras. La intervención en los mercados genera imprevisibilidad”, afirma la entidad nuevejuliense.
Efectivamente, los ciclos son muy largos porque son biológicos, o sea que lo que sucede hoy, se pensó y diagramó hace mucho tiempo atrás. Para el caso estricto de la agricultura, un cultivo (soja, maíz, sorgo, trigo, etc.) lleva por lo menos 6 meses de planificación y desarrollo, pero en algunos casos podemos hablar de años, si se piensa por ejemplo en la influencia del cultivo precedente para administrar la fertilización de los suelos, o en la rotación de los cultivos.
“El maíz es fundamental en la rotación de cultivos, clave para la conservación y recuperación de los suelos, siendo el que mayor cantidad de materia orgánica aporta al sistema“, agrega la Sociedad Rural de 9 de Julio.
Llevado al plano ganadero, la gran mayoría de los cortes vacunos que hoy pueden comprar los consumidores en las góndolas de supermercados o carnicerías de sus barrios, son animales que nacieron en el verano de 2018.
Resumiendo, la incertidumbre que sufre un consumidor cuando no sabe bien cuál es el precio que debe pagar por un producto (por acumulado de inflación), es la misma que sufre el productor agropecuario sumando la cuota de incidencia de las políticas agropecuarias. Y peor aún: ¿Cuánto vale el bien que produzco?
Por ello la SR nuevejuliense asegura que “esta intervención disminuye la producción y, en consecuencia, al disminuir la oferta, los precios aumentan, trasladándose al resto de las cadenas productivas, y más importante aún, al consumidor”.
Probablemente, el sistema vigente de cupo de exportación de 30.000 toneladas de maíz diarias hasta que entre la nueva cosecha del cereal no se cubra en su totalidad, y no genere grandes inconvenientes para las empresas que venden al exterior; pero embargan el imaginario productivo.
Entonces… “se generan dudas sobre posibles futuras intervenciones en el resto de los mercados”, concluye el comunicado del Sociedad Rural de 9 de Julio.