Establecimientos San Ignacio, principal exportador de dulce de leche del país, anunció una inversión proyectada para este año y 2022 de US$ 6 millones, enfocada a obras y equipamiento en general.
En este marco, la firma nacida en Rosario y actualmente comandada por Alejandro Bertin, gerente General y director, y Alejandro Reca, CFO y director, lanzó su primera leche chocolatada, un nuevo producto que se suma a la empresa y el primero en esta categoría. De esta manera, la firma, que procesa más de 36 millones de litros de leche, continúa ampliando su portfolio.
“En San Ignacio estamos convencidos de que este es el momento de hacer más grande la familia de productos. La leche chocolatada es una categoría interesante para nosotros y siempre estamos explorando nuevos caminos, alternativas y experiencias”, compartió Bertin, y adelantó: “Seguramente habrá más novedades en esta categoría”.
La leche chocolatada es el segundo producto que lanza la marca este 2021. Recientemente, la firma había presentado su propuesta “Dulce de leche + Cookies & Cream”, que combina el dulce de leche tradicional San Ignacio con galletitas de crema y chocolate listo para consumir. El producto se vende directamente en kioscos y almacenes, y le permitió a la marca inaugurar en Argentina la categoría “On The Go”.
San Ignacio es una pyme lácteas que cuenta con más de 80 años de historia. “Si bien el entorno de negocios no es nada favorable por las circunstancias mundiales, vemos que hay espacio para la innovación: No existen los momentos adecuados para hacer las cosas, los momentos son de las organizaciones que se sienten listas para nuevos desafíos”, afirmó Bertin.
Desde hace tiempo que la marca trabaja en diferentes proyectos de innovación y busca renovarse. En los años 90, innovó con el queso azul y su tradicional receta francesa; hoy apuesta por nuevos consumidores, diferentes mercados y diferentes momentos de consumo.
“La recepción que tuvimos con Dulce de leche + Cookies & Cream es muy buena, es producto innovador, categoría que no existía, desafió difícil para una pyme, pero una vez que nos lanzamos vamos a fondo y según lo previsto. Con la Leche chocolatada apostamos por lo mismo”, sostuvo Bertin.
La nueva leche chocolatada se presenta en envases listos para consumir de 200 cc. y de 1 litro. Se elabora con leche 100% fresca, contiene vitamina A y D, y es un producto sin TACC.
Comercio exterior
Productor de dulce de leche, queso crema y queso azul para abastecer a los principales retailers del país, San Ignacio actualmente abastece a todas las cadenas de supermercados nacionales y regionales, y tiene más de 150 distribuidores a nivel nacional. Además, está presente en más de 23 países de América, Europa, Asia y Oceanía con sus diferentes productos: dulce de leche tradicional, repostero y con chocolate.
Entre los destinos “exóticos”, un hecho que marcó un antes y un después en la historia de San Ignacio fue el haber sido el primer dulce de leche argentino que llegó a Japón. El primer envío fue a principios de 2018.
La historia de San Ignacio comenzó en el año 1939 en Rosario, Santa Fe, cuando Ignacio Rodríguez Soto decidió lanzarse a la aventura de la producción láctea.
En 1978, la firma llevó sus productos al mundo, más precisamente a Alemania. Este hecho marcó un antes y un después para la empresa, convirtiéndola en una de las primeras empresas en lograr la certificación para exportar a la Unión Europea.
“En 2013 se certificó por primera vez BRC, que nos permitió acceder a los clientes del exterior más exigentes, certificación que venimos manteniendo desde aquel año”, compartieron desde la firma.
La vocación exportadora forma parte del ADN de la dirección de la empresa. “En mi caso como CEO, tengo una larga trayectoria de exportar desde productos secos, refrigerados como congelados. Cuando tomamos el control de San Ignacio, lo primero que hicimos fue contratar a un profesional del área y estructurar acorde a las necesidades de aquel momento a los prestadores de servicios de comercio exterior”, compartió Bertin.
La estrategia exportadora fue pensada y desarrollada de menor a mayor. “En primer lugar comenzamos a atender a los clientes preexistentes, de manera de poder sostener una base que la compañía contaba. Visitamos uno por uno, entendimos sus necesidades y aprendimos sobre la potencialidad de cada uno. Logrado esto comenzamos el desarrollo de nuevos clientes y mercado, participando en las ferias más emblemáticas de alimentos del mundo, asistiendo a cuanta ronda de negocio fuéramos invitados acá y en el exterior. Esto nos ayudó a tener infinidad de contactos los cuales algunos terminaron siendo clientes”, agregó.