La cooperativa necesita fondos. Empresarios nacionales tienen un plan para pagar la deuda e impulsar la empresa. El rol del gobierno nacional.

La conducción de la cooperativa láctea SanCor expresó este martes en un comunicado que “recibirá, analizará y definirá toda iniciativa que le sea presentada y que resulte útil y beneficiosa para sus asociados y partícipes del sistema”. Fue después de que se aceleraran las conversaciones para un fideicomiso articulado por capitales nacionales busca hacerse cargo de la gestión de la histórica empresa, cuya producción, estructura y peso de la deuda la hacen actualmente inviable.

El “plan de salvataje” incluye un ordenamiento financiero primero y proyectos de alto agregado de valor en el mediano plazo. Las figuras clave para los futuros desarrollos de productos son Jorge Estevez, un histórico del sector lácteo que trabajó en La Serenísima y después en La Sibila, y Marcelo Figueiras (Laboratorio Richmond, fabricante local de la vacuna Sputnik V).

Desde la conducción de la cooperativa y desde el sindicato Atilra ya sostuvieron reuniones con el grupo inversor, después que el gobierno le hicieran saber que no podrán más dinero en esta administración. Vale recordar que durante la presidencia de Néstor Kirchner se estableció un acuerdo con Venezuela por unos 50 millones de dólares. Un salvataje que no fue aprovechado para enderezar para compañía. Las reuniones continúan esta semana.

En la actualidad la deuda de SanCor ronda 416 millones de dólares:

* A Basf cerca de 100 millones de dólares.

* Al ING 60 millones dólares.

* Al Fondo de Desarrollo Productivo (Fondep) le debe unos 1.200 millones de pesos, sin contar la actualización de esa deuda.

* A la Afip le adeuda 50 millones de pesos.

La lista sigue con deudas SanCor Seguros, sindicato, entre otras importantes deudas.

El problema de las deudas, algunas de ellas, alcanza al punto de los directivos corren riesgo de entrar en problemas con la ley Penal Tributaria.

En relación a la producción y la productividad, los números a SanCor también le dan mal. Según fuentes del mercado y de la propia cooperativa, hoy producen unos 600 mil litros diarios (400 mil propios y al más de 200 mil a fasón) con una masa de empleados de 1.500 personas. Esto es unos 300/400 litros por operario.

Esta productividad es, por ejemplo, casi la décima parte de lo que tienen empresas como Saputo, que actualmente produce unos 3.400.000 diarios con algo más de 800. Esto es algo más 4.000 litros operarios diarios.

Según un comunicado de la conducción de la cooperativa, “con este nivel productivo, SanCor se asegura el normal funcionamiento futuro y el pago de todas las obligaciones, las que al día de la fecha están normalizadas en los términos previstos por la legislación pertinente”.

La cooperativa dijo que para crecer en volumen de procesamiento “es imprescindible acceder al financiamiento del capital de trabajo” que, indicó, “de acuerdo al plan presentado a las autoridades” podría lograrse con “aportes financieros o de inversión de organismos y/o instituciones públicas y/o privadas”, “apoyo gubernamental para el cobro de la deuda contraída por la República Bolivariana de Venezuela, por la provisión de leche en polvo”.

“En este sentido, se solicitó la gestión pertinente a las autoridades nacionales, a través de la Cancillería” y “la constitución de un Fondo de Garantías destinado exclusivamente a la compra de materia prima e insumos”, detalló.

Sin embargo, las fuentes del gobierno nacional consultadas por Ecos365 creen que un cambio en la gestión de la cooperativa es una salida, ya que dentro del grupo inversor, además de Estevez y Figueiras, están José Urtubey (Celulosa Argentina), y el abogado Leandro Salvatierra, (socio en Casanova, Mattos, Salvatierra & Feser).

Los empresarios no sólo apuntan a sanear los números de la cooperativa si no que tienen expectativa de agregarle valor con distintas iniciativas que apuntan al mercado interno y externo con productos que tanto Estevez como Figueiras entienden que son clave para el resurgir de SanCor.

SanCor hace cinco años, en 2017, durante una fuerte crisis suspendió la producción de varias plantas, algunas de las cuales se terminaron vendiendo, y abrió un plan de retiros que la llevó de tener unos 4.700 empleados a los 1.500 actuales.

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