Productores y analistas lo atribuyen a diversos factores, pero también apuntan a la reducción de apoyos que empezó a hacer la anterior Administración federal y que agudizó el Gobierno de la 4T como otra de la causas.
Un análisis de Grupo REFORMA, con base en las últimas cifras publicadas por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), revela que pese a que de enero a julio de 2021 la producción de carne de res, cerdo y pollo en el Estado creció en conjunto 3 por ciento anual, el volumen total producido ahora es 7 por ciento menor al de hace dos décadas para un periodo igual.
Por variedad de carne detallan que, con excepción de la de res -que es la única que creció-, la de cerdo sigue estancada y la de pollo cayó 39 por ciento, a 42 mil 455 toneladas.
En cuando la leche de vaca, los datos arrojan que con la caída paulatina que ha tenido en los últimos años, el volumen alcanzado de enero a julio de 2021 es 51 por ciento menor al mismo lapso de hace 20 años y en huevo se observa que las granjas avícolas produjeron 16 por ciento menos.
En el ramo agrícola el último dato hacia atrás que presenta la Sader, en su sitio de internet, es 2018.
Sin embargo, detalla que, de enero a julio de 2020, el volumen total de producción bajó 2.7 por ciento anual y 29.4 por ciento ahora en 2021, con relación al mismo periodo del año pasado.
“Han sido varios factores por los que ha bajado la producción del campo de Nuevo León, entre ellos están los problemas climáticos, la baja de precios que impacta la rentabilidad, la competencia de otros estados en el mercado local”, expuso Francisco Chapa Góngora, ex presidente del Consejo Estatal Agropecuario de Nuevo León.
“Pero de que la falta de apoyos ha incidido, sin duda que también ha sido un factor importante”.
José Luis Leal, presidente de la Asociación de Engordadores de Pollo en el Estado, explicó que la baja en éste cárnico deriva del cierre que hubo de dos grandes grupos avícolas que representaban la mayor parte de la producción local.
Añadió que el crecimiento de la zona urbana llevó también a que cerraran otras granjas que están cerca de esos nuevos desarrollos.
“Aunque se achicó la producción, la eficiencia aumentó y ya estamos creciendo poco a poco la producción, sin embargo, para nuestro sector no hay muchos apoyos y definitivamente esto también tiene que ver con la caída que hemos tenido.
“Ahorita es difícil construir una granja y sacar los costos, pues nos tomaría de 10 a 15 años recuperar la inversión porque todos los materiales subieron mucho. Si tuviéramos apoyo… a mediano plazo podríamos recuperar toda esa producción”.
José Luis Tamez, de la Unión Regional de Porcicultores de Nuevo León, sostuvo que el estancamiento que enfrenta la producción local deriva de la poca rentabilidad, el alto costo de producción, la incertidumbre por la importación de carne de diferentes países y la falta de financiamiento para la mejora de instalaciones y de genética animal.