El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) iniciará este mes la toma de muestras aleatorias, tanto en plantas de producción como en puntos de comercialización de la leche en el país, para determinar si a esta, en cualquiera de las etapas de la cadena productiva, se le está incorporando lactosuero.
El seguimiento y análisis técnico, que hasta la fecha no se hacía en el país, se adopta luego de la acción popular interpuesta por el movimiento Democracia de Modernización Ganadera (Demogán) contra nueve productoras de leche tras considerar que dichas compañías le estarían incorporando lactosuero a la leche que producen y comercializan en Colombia, luego de conocer los resultados de análisis contratados por ese movimiento.
La acción popular fue admitida por el Juzgado 13 Civil del Circuito de Bogotá a finales de agosto del año pasado y la semana pasada, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) también hizo lo propio.
Carlos Robles, director de Alimentos y Bebidas del Invima, le dijo a EL TIEMPO que, debido a la preocupación generada por el tema del lactosuero, adicional a lo que el Instituto ha venido haciendo con las visitas de vigilancia y control, implementó en sus laboratorios una técnica de análisis de productos de leche más precisa y sensible con el fin de detectar la posible presencia de lactosuero más allá de los parámetros naturales que no deberían existir en una leche entera.
El uso del lactosuero (en el país) no está prohibido. (Pero el problema) tiene que ver más con un asunto de etiquetado y engaño o confusión al consumidor
Aclaró que la leche de manera natural contiene lactosuero, pues es uno de sus componentes, pero lo que se buscará con los análisis “es identificar que no se le esté adicionando más”.
El problema es que no existe en Colombia el referente de cuál podría ser el nivel de lactosuero natural en la leche y esa es, precisamente, la tarea que entra a realizar el Invima, para luego establecer si existe manipulación en el producto que se le vende a los consumidores sin que se les advierta de este hecho.
Al referirse a esta problemática, Andrés Valencia Pinzón, saliente ministro de Agricultura, advirtió que “el uso del lactosuero (en el país) no está prohibido. (Pero el problema) tiene que ver más con un asunto de etiquetado y engaño o confusión al consumidor”.
Roberto Ramírez Ocampo, vocero de Demogán, está convencido de que las productoras contras las que presentó la acción popular sí están incorporando lactosuero a la leche que comercializan a precios muy bajos, con lo cual, no solo engañan al consumidor sino también le causan gran daño a los pequeños ganaderos de algunas regiones del país.
“Enviamos varias pruebas a un laboratorio alemán (Muva), quizás uno de los mejores en este tema del mundo y nueve salieron con lactosuero en diferentes porcentajes. No se le está diciendo la verdad al consumidor de lo que se le vende como leche. Leche solo hay una y no puede tener lactosuero, porque de lo contrario es una bebida láctea”, precisa el vocero.
Las empresas cobijadas con esta acción popular son Gloria Colombia y Parmalat Colombia (Bogotá); Compañía Lechera el Mortiño y Laktoland (Cogua); Lácteos la Esmeralda (Madrid), Productos Alimenticios el recreo (Zipaquirá), Alimentos del Valle (Caloto), Doña leche alimentos (Ubaté) y Productos Lácteos Colfrance (Fúquene).
Los niveles de lactosuero detectados oscilan entre el 3 y el 11 por ciento, pero se presume que puede llegar hasta el 18 por ciento, dicen en Demogán.
Estas industrias tienen plazo hasta el próximo jueves 20 de febrero para contestar la acción popular a la que ya se han sumado más de 200 personas y otros movimientos como Educar Consumidores.
Producción de leche en Colombia
En Colombia se estima que el consumo de leche per cápita al año llega a unos 158 litros, según datos de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán).
El mismo gremio indica que el año pasado, la producción de este alimento en el país alcanzó los 7.301 millones de litros, apenas 0,6 por ciento más que en el 2018.
Por su parte, cifras de Demogán, indican que en Colombia existen unos 350.000 predios ganaderos productores de leche y unas 220 industrias lácteas certificadas que procesan al día 9 millones de litros.
Esto supone un gran reto para el Invima en el proceso de recolección de las muestras para su análisis.
“El reto es grande porque una sola planta puede sacar diferentes marcas de leche, líquida, en polvo, amparadas con registros sanitarios. Por eso nos damos ese margen del primer semestre previendo algún tipo de dificultad en el análisis de la información a la luz de los parámetros internacionales que se puedan tener”, precisa Robles del Invima.
Ramírez Ocampo sostiene que su intención no es pelear con nadie ni sacar empresas del mercado, lo único que buscan es que se le diga al consumidor lo que en verdad le están vendiendo, que no es precisamente leche.
“Lo único que buscan es que se diga la verdad del uso del lactosuero y con ello se le pone fin a la discusión”.
Y mientras la acción popular continúa su curso en los estrados judiciales, el funcionario del Invima sostiene que a la fecha a la entidad no se le ha requerido información sobre ese particular, aunque se preparan en caso de que así sea.
“Vamos a implementar este programa de vigilancia y control. El país puede estar seguro de que el Invima conoce la problemática y la preocupación existente, por lo que está tomando medidas para dar respuestas mucho más efectivas a las que se podría haber dado en el pasado”, puntualizó.