Informes del sector prevén un crecimiento de la producción del 3,5 por ciento para el resto de 2019.

Las cuestiones de estacionalidad ya fueron superadas y el sector tambero augura que 2019 sea mejor que los dos anteriores, a los que impactaron inundaciones, sequía y la crisis en la cadena láctea. Según reconoció Jorge Giraudo, del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla), “la producción del primer trimestre de 2019 da un 8,3% menos que el año pasado. Esto es producto de fenómenos climáticos extremos de fin de año, sobre todo en la cuenca central que hicieron caer la producción, pero se prevé un crecimiento del 3,5% para lo que resta de este año”.

El especialista precisó que “el pico de mínima que se hace en abril, se hizo en marzo”, por lo que “si las condiciones climáticas son favorables habrá un buen nivel de reservas forrajeras”.

Cuando se lo consultó sobre los costos de producción sostuvo que alcanzan un promedio del 3%, que se siguió incrementando en marzo y abril, pero que está comenzando a observarse una recomposición en las últimas dos semanas. “Todas estas son cosas favorables que pueden incentivar el crecimiento de la producción 1 ó 2% con respecto al año pasado”, planteó Giraudo.

La otra cuestión que comenzó a normalizarse es el abastecimiento en góndola, donde los faltantes fueron evidentes en puntos de ventas de gran parte del país. Aquí hay contradicciones. Gustavo Colombero, ex presidente de la Federación de Tamberos de Santa Fe, consideró que “hay que fijarse qué pasa con la industria”, porque “el faltante en góndola no es responsabilidad de la producción. Si bien cayeron los litros producidos, los niveles podían abastecer sobradamente el mercado interno”. Justificó su análisis al señalar que el productor recibe 12 pesos por litro de leche que en las góndolas se vende a precios que van de los $40 a los $50. “La distorsión de precios no es nueva pero, puntualmente, en el medio han pasado cosas”, sostuvo en declaraciones radiales. La vieja idea de un “precio sostén” volvió a la boca de Colombero, quien además reconoció que el precio al productor se va a seguir recomponiendo. “Es probable que a partir de mayo que se empiece a estabilizar y si no hay variaciones en el tipo de cambio, se estaría estabilizando en 30 centavos de dólar que es un precio medianamente razonable”, subrayó.

Hay otro elemento para analizar: el Estado nacional realizó dos compras de leche social, que totalizaron más de 10.000 toneladas de leche en polvo en el primer trimestre de 2019, justo en el momento en que se cayó fuerte la producción. Fue producto de la imprevisión y la demora en la compra del segundo semestre de 2018. Eso provocó que las industrias beneficiadas -que son la mayoría de las grandes- deriven la materia prima a ese producto dejando de elaborar los que se destinan al consumo de la población como leches fluidas, quesos, etcétera, y ésa es una de las principales causas de la escasez de oferta en las góndolas, según la consideración de un consultor vinculado al mundo Pyme lácteo.

Un informe destacó que el Estado nacional hizo dos grandes compras en el primer trimestre. La primera compra adjudicó la licitación pública a Milkaut con 1.197.407 kilogramos por $275.271.895,23, a Sucesores de Alfredo Williner SA una cantidad de 710.800,500 kilogramos, por un valor de $170.592.120, a la firma Mastellone hermanos le compraron 3.993.100 kilos por $794.626.900, a La Sibila 1.415.413 kilogramos por $387.115.455,50 y a la marca Purísima por un total de $1.309.621.174,75. Asimismo, también adquirieron productos marca Alimentos Vida por la cantidad de 566.166 kilos que hacen un total de $157.394.148.

En la segunda compra se adquirieron 2.600 toneladas en polvo fortificada (con hierro, zinc y ácido ascórbico, y se entrega en envases de 800 o un kilogramo), con el objetivo de distribuirla en planes sociales. La operación fue por una suma de 504 millones de pesos, lo que significa más de 4.500 dólares por tonelada y las empresas que resultaron elegidas fueron La Sibila, Manfrey, Tiagro SRL, Williner y Alimentos Vida SA, que ofertaron valores diferentes.

Precio en ascenso

En el último año, el precio de la leche pagado al productor aumentó de $ 5,84 a $ 10,63 por litro. Es decir, entre febrero de 2018 y febrero de 2019 se registró una suba del 82%. En consecuencia, el incremento está por encima de la inflación registrada en el mismo periodo que se ubicó en torno al 50%. Así, la participación del tambero en la cadena de valor láctea se encuentra en un 32%, con una mejora de 3,1% respecto a febrero de 2018.

Por esa evidente recuperación de la rentabilidad de los productores, en lo que va del año se frenó el cierre de tambos. Actualmente en la Argentina se cuentan un total de 10.731 unidades productivas, una cifra 2,3% menor respecto a 2014.

Además, el costo de producción del litro de leche ronda los $ 9,60 por lo que el “precio de equilibrio” en el sector tendría que ser de $ 11,30 por litro. “La rentabilidad presenta valores positivos pero aún es insuficiente”, advirtió el informe de la Ocla.

Pero en medios especializados se explicó que el valor al tambero siguió aumentando de manera significativa y algunos dicen que podría ubicarse cerca de los $ 13 por litro.

Queso rallado

“Si yo te digo que es domingo, rallá queso”, dijo en 2015 el por entonces jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Es que una tradición argentina, un país con alto porcentaje de descendientes de italianos, es la mesa familiar del domingo al mediodía con pastas caseras. También están los infaltables “ñoquis del 29”, con el billete debajo del plato para que nunca falte el pan en la casa. Con la disparada de la inflación, estas costumbres están en vías de extinción: llegar con un billete de los buenos a fin de mes para cumplir se está convirtiendo en una utopía y el queso rallado que le da sabor a los fideos con tuco está cada vez más caro.

Un reciente relevamiento recordó que cuatro años atrás el queso rallado de una de las dos primeras marcas lácteas de la Argentina costaba $54,55. Hoy, el mismo paquete de 190 gramos está $159,45. Un 290% más caro en tres años y cuatro meses lo que equivale a un 7,25% mensual.

Así, no hay sueldo de convenio en ninguna actividad que haya acompañado semejante aumento.

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