En este punto, precisaron que la producción fue de 922,8 millones de litros de leche, 11,8 por ciento por debajo de diciembre del año pasado y 0,9 por ciento menos que igual mes del año anterior. Los indicadores son los primeros con números negativos después de dos años y medio de crecimiento sostenido de la actividad.
La tendencia de la contracción de la actividad siguió el panorama internacional, ya que diferentes países del mundo también registraron marcas negativas en la producción, como pasó en Nueva Zelanda con una caída del 6,9% y en Estados Unidos, con una baja del 1,6% en la actividad productiva, señala el reporte.
En el caso de la Argentina, uno de los principales motivos de la baja en la cantidad de producción se debió a la sequía que incidió en la actividad durante enero.
“En 2021 hubo un crecimiento por una situación meteorológica muy favorable y a su vez, en el primer semestre hubo precios al productor que estaban arriba del ritmo inflacionario y le generaban tasas de rentabilidad positivas al sector primario”, describió Jorge Giraudo, titular de Ocla al respecto.
“Tuvimos el soplete del estrés térmico, con índices de temperatura y humedad altísimos que hicieron caer la producción mucho más que lo habitual”, explicó sobre la merma que se registró en los indicadores de la actividad durante enero de este año.
El precio promedio de enero se situó en 35,82 pesos por litro, con una producción promedio por tambo de 2.896 litros, precisaron.
Pese a que el comienzo del año fue con números negativos, desde el sector estiman que durante el 2022 la lechería argentina podría crecer 0,6 por ciento anual si el clima acompaña y así tocar los 11.600 millones de litros de producción.