La cadena láctea en la región del Beni, Bolivia, enfrenta una severa crisis: el sector lechero se declaró en emergencia ante la “suspensión indefinida” del acopio de leche por parte de la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA).
Según informó Percy Suárez, presidente de la Asociación de Productores de Leche regional, los productores recibieron una nota –igual que en ocasiones anteriores– comunicando que la planta dejará de recibir materia prima a partir del lunes 10. Suárez advirtió que “no puede ser posible que estén cortando el derecho al trabajo, a la producción, quitando el pan de cada día a muchas familias que trabajan con nosotros”.
La justificación oficial de EBA apunta a la falta de combustible y la escasez de envases por los cambios en el régimen de divisas, factores que paralizan el acopio, pese a que los lecheros denuncian que los funcionarios de EBA continúan percibiendo sus salarios mientras ellos quedan sin comercializar su producción.
La suspensión del acopio pone en riesgo no solo los ingresos de los productores, sino la viabilidad de los tambos y la estabilidad del abastecimiento de leche. Si persiste el cierre del flujo de recolección, podrían generarse pérdidas de volumen, aumento de costos logísticos y migración de productores a otras actividades.






