Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), en 2023, la producción nacional de leche fresca disminuyó en 41.136 toneladas, pasando de 2.241.136 toneladas en 2022 a 2.200.000 toneladas en 2023. Esta caída refleja la inestabilidad que enfrentaron los ganaderos nacionales en los tres últimos años, marcada por la pandemia, el aumento en el precio del forraje y alimentos balanceados, los bajos precios de la leche pagados por la gran industria y la crisis política de finales de 2022 y comienzos de 2023.
Impacto de las crisis
A pesar de las turbulencias, el sector lechero peruano se recupera tras enormes sacrificios. El Ing. José Almeyda Matías, jefe del Programa de Investigación de Leche de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), explica que las crisis internas y externas afectaron seriamente al sector ganadero lechero. La reducción en el abastecimiento de insumos alimenticios como maíz amarillo, subproducto de trigo, torta y harina de soya, y el aumento del combustible elevaron los costos de producción.
“Después de la pandemia, los problemas no terminaron. La guerra entre Rusia y Ucrania y la crisis política en Perú provocaron la descapitalización de los ganaderos, obligando al sacrificio de alrededor de 25.000 vacas, reduciendo la población de 945.000 a 920.000. Sin embargo, desde 2023 el sector se recupera y se proyecta un crecimiento de entre 2 % y 3 %”, explica el Ing. Almeyda.
Falta de apoyo y resiliencia local
El papel del Midagri fue lamentable, abandonando a los ganaderos a su suerte.
A pesar del abandono estatal y ante el aumento en el precio de los insumos en el mercado internacional y el consiguiente desabastecimiento local, la industria nacional volcó su atención a la producción nacional. “Los productores se organizaron para abastecer a la industria local, recibiendo apoyo del INIA y algunas universidades”, comenta el Ing. Almeyda.
Producción regional vs. consumo de leche
Según el Midagri, la ganadería lechera se desarrolla en 24 de las 25 regiones del Perú, con las principales cuencas lecheras ubicadas en Cajamarca (17.2 %), Lima (16.7 %), Arequipa (16.4 %), La Libertad (7.3 %) y Puno (6.3 %), que contribuyen notablemente a la producción de leche en el país.
A pesar de este desarrollo, el consumo de leche en el Perú aún presenta importantes brechas que deben cerrarse. De acuerdo con datos de la FAO, el consumo per cápita mundial de leche es de 120 kilos al año. Sin embargo, en Perú, el índice de consumo es considerablemente menor, alcanzando solo 88.7 kilos por persona al año, lo que revela una brecha de 31.3 kilos por cubrir para igualar el promedio mundial.
El Ing. Carlos Lozada García, presidente de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep), destaca la diversidad de la ganadería lechera peruana. En la costa, pese a que los proveedores de la gran industria atravesaron un periodo muy complicado (2020 – 2023), del que han sobrevivido menos de la mitad de los ganaderos que existían en 2020, estos se vienen recuperando lentamente, gracias a la caída de los precios de granos y forraje, así como al incremento del precio de leche fresca, desde 2022.
Estas condiciones están permitiendo buenos niveles de rentabilidad a la ganadería lechera intensiva en la actualidad, por lo que la nueva campaña agrícola 2024-2025 pinta auspiciosa para el sector lechero.
“La ganadería lechera nuevamente tiene márgenes positivos, especialmente porque hay un déficit de leche en el mercado y la industria está interesada en aumentar sus compras. Creemos que podemos cubrir la demanda ahora que los granos y forrajes tienen precios convenientes”, afirma el Ing. Lozada.
Desafíos y recuperación
El presidente de Agalep recuerda que, durante los años más críticos de la crisis, la ganadería intensiva en la costa, que abastece a la gran industria, fue la más afectada debido al fuerte aumento en los precios internacionales del maíz y la soya. Este problema persistió de 2020 a 2023, periodo en el que la mayoría de los establos operaron con pérdidas. El Ing. Lozada agrega que a esto se sumó la crisis política posterior a la caída del gobierno de Pedro Castillo, que incluyó cierres de carreteras durante varias semanas. En Arequipa, muchos ganaderos se vieron obligados a desechar la leche debido a la interrupción en su recolección y al desabastecimiento de soya desde Bolivia durante tres meses. Además, la falta de lluvias encareció los forrajes a lo largo de 2023. Como resultado, más del 50 % de los establos que suministraban a la industria tuvieron que cerrar y rematar su ganado a los mataderos. En Arequipa, por ejemplo, en 2020 había 3.500 proveedores de leche, pero a finales de 2023 solo quedaban 1.500.
Puno también enfrentó serias dificultades similares a Arequipa. Agalep estima que la sequía de 2023 redujo el ganado lechero en la región altiplánica en un 30 %, lo que es alarmante dado que el crecimiento del capital pecuario en Puno es ya lento debido a la introducción de ganado no adaptado a la altura, que presenta problemas de baja fertilidad. Además, la costa centro y norte sufrieron el impacto del calor excesivo del fenómeno “El Niño” 2023-2024.
En contraste, en Cajamarca y Amazonas, donde los productores alimentan principalmente a sus vacas con pastos naturales, el aumento en los precios de los granos tuvo menor impacto. A pesar de algún déficit de lluvias provocado por “El Niño”, estas regiones han experimentado el menor grado de afectación, señala el Ing. Lozada.
Mejoras en los precios
La recuperación del subsector lechero se ve impulsada por el aumento en la demanda de la gran industria láctea local y las queserías artesanales, que se suman a los precios favorables para los productores locales.
El Ing. Almeyda Matías señala que el precio de la leche en la actualidad ha mejorado, oscilando entre S/1.40 a S/2.50 por litro, dependiendo de la región y la calidad de la leche, frente a S/1 en el 2021-2022.
“El precio base en Lima es de S/1.40, pero varía según la calidad composicional y microbiológica de la leche. En algunos establos, la leche se vende hasta por S/2.50”, explica el Ing. Almeyda, señalando que, en el establo de la UNALM, el precio de ese insumo oscila, entre S/1.80 y S/2.00, y a veces puede bajar si hay abundancia de forraje en el mercado. “Si le sumamos el margen de ganancia que debe recibir el ganadero, creo que el precio justo podría estar entre S/2.30 y S/2.40”, dice el Ing. Almeyda.
Por su parte, el Ing. Carlos Lozada considera que el mercado lácteo industrial en Perú es monopsónico, con la industria local estableciendo los precios. “En estos momentos, estamos con márgenes de ganancia positivos, y la mayoría de los ganaderos se recuperan de la descapitalización sufrida entre 2020 y 2023. Si las condiciones se mantienen, el sector puede recuperarse en dos o tres años”, concluye el Ing. Lozada.
Ahora puedes leer las #noticias más importantes en los canales de #Whatsapp de #eDairyNews!!
🇦🇷 eDairy News ESPAÑOL: https://whatsapp.com/channel/0029VaPqM3eAu3aInae2Qt0V