La histórica sequía que enfrenta el agro en Ñuble tiene diversas caras. En el caso de la producción lechera, esta viene generando daños importantes en las capacidades productivas del sector.

Así lo revela Guillermo Petermann, presidente de la Asociación Gremial de Productores de Leche de Ñuble (Aproleche Ñuble), quien advierte que la escasez hídrica ha significado durante los últimos meses severas dificultades al rubro lácteo de la zona. Y es que, de acuerdo al INIA, durante 2019 existió un déficit de precipitaciones del orden del 40%, lo que sumado a la falta de infraestructura para administrar de manera más eficiente el recurso hídrico, tiene a los productores de la región en una situación complicada.
“El estrés calórico en las vacas ha provocado una caída de la producción de leche y en los comportamientos reproductivos de los animales, hay menos celos y fecundidad, además los productores han debido utilizar forzadamente las reservas de alimentos que se tenían contemplado para el invierno, lo cual repercute en mayores costos de producción”.
Asimismo, explica Petermann, se han perdido siembras o se redujeron los rindes producto de la sequía, lo que deriva en una limitante en términos de la alimentación de los animales.
Para hacer frente a la situación, el presidente de Aproleche Ñuble comenta que algunos productores han tenido que vender parte de su rebaño para afrontar este escenario, sin embargo, -advierte- “el problema es que vende a un precio bajísimo, (cuanto más bajo) lo cual no permite hacer caja frente a esta emergencia”. Según el líder del gremio lechero local, una vaca para engorda el año pasado se cotizaba en $620 por kilo, mientras en la actualidad ese valor descendió a $546.
El presidente de Aproleche Ñuble describe que todo lo anterior, ha configurado “varios meses muy complicados. Mientras otros descansan y se relajan, desde enero y febrero, los agricultores nos estamos jugando el año o la continuidad derechamente”.
Si bien se declaró zona de emergencia agrícola para ocho comunas de la Región de Ñuble, y se ha incorporado a concursos de riego para pequeños agricultores debido a la escasez hídrica, el representantes de los lecheros locales estima que la solución de fondo pasa por suplir el déficit de infraestructura con la operación del Embalse Punilla, obra que, según Petermann, entrega seguridad de riego para el desarrollo de la agricultura, especialmente en la temporada de septiembre a marzo.

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