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26 Nov 2024
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La dura lucha de un productor para no salirse del sistema. “Hay claves que el productor debe entender, hay cambios que los tiene que asumir”, dice Leonel Graff, en primera persona, con NORTE Rural.
Leonel Graff impulsa el uso del biodigestor en su emprendimiento porcino en el sur chaqueño. “Es un generador de energía por excelencia”, dice.

Al sur de la provincia del Chaco, en la zona rural de Venados Grandes, una pequeña comunidad que depende administrativamente de la comuna de Chorotis, Leonel Graff junto a su familia tiene un pequeño emprendimiento productivo.
Siembra algodón, girasol, maíz, tiene un pequeño tambo con el que produce quesos criollos, y un criadero de cerdos al que pudo incorporar, con mucho esfuerzo, un pequeño sistema biodigestor que lo utiliza para dar calor a los cerdos, usa como combustible el gas del equipo y por si fuera poco elabora con los excedentes biofertilizante que lo viene usando en cultivos de trigo, con buenos resultados.
Ahora, tiene la firme idea de sembrar unas 100 hectáreas de poroto mung, una legumbre conocida como la “soja verde” y que tiene muy buenas expectativas en el mercado internacional (Vietnam recientemente recibió 48 toneladas de poroto mung cordobés).
“HACER VARIAS COSAS A LA VEZ, PARA SUBSISTIR”
-¿Cómo haces frente a las condiciones que debe tener un productor en la actualidad, con muchos frentes abiertos como el clima, los precios y también malas decisiones?
-Nosotros hacemos producción en pequeña escala. Pero nos hemos dado cuenta yo diría a tiempo y gracias a mi padre, que el dicho de que hay que poner los huevos en varias canastas, es una necesidad para lograr subsistir. Si nosotros nos dedicábamos solo al algodón, ya estaríamos viviendo en el pueblo, fuera del sistem”.
-¿Alcanza para vivir bien y proyectarse?
-Hoy nosotros estamos pasando una situación muy complicada, porque hemos tomado compromisos que por el clima y por la falta de rentabilidad de nuestra actividad, nos pone en una situación complicada porque si compramos herramientas o maquinarias, es para trabajar, y queremos trabajar para pagar las deudas. Pero siempre con la mirada puesta en el optimismo, en que tenemos pies, manos y brazos para seguir apostando al campo.
-¿En qué consiste la actividad que realizan?
-Hacemos siembra de distintos cultivos: maíz, trigo, girasol, algodón, poca soja, y ponemos mucho énfasis en el criadero de cerdos, porque es un sueño de mi padre, el vio en una revista que usaban lo que hoy llamamos biodigestor y eso le da un valor agregado a la actividad porque nos genera energía eléctrica, gas que usamos tanto en el galpón de los cerdos como en la casa, y biofertilizante.
-¿Y el tambo?
-Con muy pocas vaquitas, hacemos la extracción o el ordeñe cada mañana, y hacemos el proceso para fabricar los quesos criollos que ya están encargados de antemano, es decir que hacemos por pedido y se venden rápidamente. Y miren que con 25 litros de leche de vaca, hacemos una pieza de 2 kilos de queso aproximadamente, o sea, es muy al margen todo.
Cómo funciona el biodigestor
SÁENZ PEÑA (Agencia) – Leonel Graff se toma todo el tiempo necesario para explicar a NORTE Rural acerca del funcionamiento de este sistema que utiliza en el criadero de cerdos.
“El biodigestor en el galpón de cría de cerdos comienza en los efluentes, se lava una vez por día o día de por medio, se lo vuelca en una zanja que desemboca en un pozo que tiene una bomba sumergible que a través de un flotante carga el tubo grande”, cuenta.
El biodigestor de 30 metros de largo, la parte superior de 1,5 metros cuenta con gas y entre 1,5 y 2 hacia abajo que cuenta con líquido. Luego, con una bomba recirculadora se mantiene en funcionamiento el mismo.
También cuenta con una pendiente que permite que por un lado ingrese el efluente crudo y por otro salga el que recibe el tratamiento que se transforma en biofertilizante. “Lo usamos con mucho éxito, se nota la diferencia, fertiliza de verdad”, dice sonriente.
Desde que puso en funcionamiento su biodigestor, no compra más gas en garrafa y está pronto a instalar un generador para usar energía eléctrica para iluminar la vivienda y sus instalaciones, y utilizar inclusive para el encendido de su equipo de aire acondicionado.
Pero no es solo eso. Ya tiene en marcha un proceso de utilizar estos desechos como biofertilizantes. La experiencia resultó muy positiva, observándose mejor crecimiento en lotes de trigo que usó este componente que en el que no.
70 madres y un mercado interesante
La familia Graff cuenta con un plantel de 70 madres que reproducen en un establecimiento especialmente preparado para este emprendimiento, con venta de producción en la zona de Villa Angela, es decir, que tiene el mercado asegurado.
La idea—dice– es alcanzar un plantel de 250 madres en el futuro cercano, pero ese sueño va teniendo una serie de complicaciones respecto al clima, ya que se vio seriamente afectado por las inundaciones de enero y de mayo del año pasado, y este año también en febrero, y ahora estamos con una sequía que ya nos preocupa”, dice.

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