Entablar un posicionamiento en términos de emprendedurismo y liderazgo ligados a las mujeres es quizá uno de los temas de los que más se ha hablado en últimas fechas; pero para Silvia Dávila, presidenta regional para Latinoamérica de Danone, este es un elemento que va más allá del discurso, de ahí que la líder de la compañía francesa en la región además de liderar el crecimiento de la compañía designa parte de su vida a la mentoría como un proyecto propio.
“Tengo cuatro grupos de mentoreo, entre ocho y 10 mujeres por cada uno de ellos. Coacheo personalmente a 36 mujeres en México, Brasil, Argentina y París. Con estas chicas tengo sesiones cada mes. El objetivo de estos grupos es convertirlas en mentoras de otros grupos y generar una cadena no nadamas de networking sino de mujeres apoyando mujeres”, expuso la directiva en entrevista con MILENIO.
La mexicana quien anteriormente había trabajado en compañías como McDonald’s, Procter & Gamble y Mars, expuso que recientemente realizó la primera graduación de su curso en el país. La relación se hizo con personas de la compañía o como ella los llama, danoners. Y aunque refiere que aún no sabe el rumbo que tomará esta propuesta, continuará con su gestión.
“Mis conversaciones de Francia no son distintas a las de México. La edad de las mujeres que tengo es parecida; en todos mis grupos tengo al menos dos embarazadas y que alomejor empezaron las sesiones dudando si querían ser mamás o no. Ha sido muy consistente el cómo acompañarlas, los retos de cómo manejar una vida profesional y la maternidad siguen siendo de los temas que más les preocupa; muchas tienen el síndrome del “impostor” pues piensan que un día las van a cachar que están en una posición que no merecen; son conversaciones emocionales, que realmente casi todo se centra en mi visión de mi misma proyectar a qué sí puedo y cómo generar las condiciones para poder”, afirmó.
Inicios
Con tan solo 14 años Silvia Dávila empezó a incursionar en el mundo del consumo y las ventas. La situación familiar impedía que adquiriera todo lo que ella quería tener, así que fue en la adolescencia y hasta su entrada a la universidad que la hoy directiva de Danone vendía galletas para hacer frente a estas necesidades.
Dávila obtuvo una beca para estudiar Mercadotecnia en la Unitec y en ese momento comenzó a trabajar en dicha área para la cadena de comida McDonald’s, aunque la mayor apuesta en el área de marketing la tuvo en P&G, compañía en la que trabajó por 12 años; en 2004 tuvo su primera experiencia como directora general, en Mars.
“Cuando nace mi primer hijo yo trabajaba en Procter en Venezuela, yo salgo de ese país en un momento de crisis con seis meses de embarazo. Mi separación con P&G no es por otra cosa sino porque yo no podía estar más en Venezuela y no habían posiciones para mí en México, no iba a nacer mi bebé en esas circunstancias”, este refirió la directiva, ha sido uno de los retos más importantes que ha tenido a lo largo de su carrera y de los que sabe, muchas mujeres en distintas áreas tienen que lidiar a diario.
“Lo primero es graduarse a sí misma sabiendo que el talento lo tienes y lo puedes ejercer. Después hacerlo sin miedo, con voz y responsabilidad. Hay dos que hacemos muy mal: generar un network de soporte alrededor tuyo profesional y familiar , que son las partes en las que menos nos preparamos. Nos cuesta mucho delegar y no ser las que hagamos las cosas con nuestras manos”, expuso.
En la compañía de alimentos 60 por ciento de los colaboradores son hombres y 40 mujeres; en el caso de los puestos directivos el porcentaje ronda entre 25 y 30 por ciento; la meta de la presidenta de Latinoamérica es llegar a un 50-50 por ciento de participación.
“Es una realidad. La matemática no miente. Una estadística que escuché yo en Procter fue que de asistente de marca a director de marketing tenía yo un 2 por ciento de posibilidades de llegar, no por ser mujer, era a nivel general. Yo llegué a serlo cuando tenía 28 años. Las estadísticas en contra no me asustan, nunca me han asustado”, expuso.
Por ello, la directiva sabe que el tema más allá de una cuota de género y los alcances que puedan generarse a través de distintos foros y que el soporte no puede venir únicamente desde las propias mujeres.
“Mi entrenamiento mayor y el coaching es tener esa sensibilidad de que las carreras de las mujeres no son lineales. Cómo manejamos, acompañamos y flexibilizamos el momento de la carrera de la mujer es la diferencia fundamental, el quietar la línea en una carrera de hombre y una de mujer; pero necesitamos no solamente el trabajo de mujeres apoyando otras mujeres sino hombres entendiendo esto y ayudándote a manejar, sobre todo los valles. Lo más importante va a ser que Danone siga con esta conversación de forma que ya no lo sea. Voy a estar tranquila cuando hablar de inclusión y diversidad no sea algo que forcemos. Cuando deje de ser una conversación el trabajo va a estar hecho”, finalizó.