Durante marzo de 2025, el consumo de productos lácteos en el mercado interno argentino registró un incremento del 8,2% en volumen y un 10,4% en litros de leche equivalentes respecto al mismo mes del año anterior. Así lo reveló el informe mensual del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que confirma una tendencia de recuperación para el sector tras dos años de caídas productivas.
Jorge Giraudo, director del OCLA, explicó que «el sector viene de una sequía muy grande, con caída del 2% en 2023 y más del 6% en 2024», pero destacó que «en 2025 ya se observa una suba interanual del 10% en la producción». Este crecimiento permitió mejorar el abastecimiento del mercado interno y estabilizar precios, favoreciendo una leve recuperación del consumo.
Sin embargo, el informe advierte sobre una clara «primarización» del consumo, reflejada en la preferencia de los hogares por productos básicos y de menor valor agregado, como leches no refrigeradas, quesos económicos y yogures en envases grandes. Esta tendencia responde al deterioro del poder adquisitivo, y aunque sostiene el volumen vendido, impacta negativamente en la facturación total.
A esta dinámica interna se suma un frente externo debilitado. Entre enero y marzo de 2025, las exportaciones de lácteos cayeron un 21% en litros de leche equivalentes. A pesar de buenos precios internacionales, el tipo de cambio real argentino limita la competitividad. “Tenemos precios internacionales excelentes, pero un tipo de cambio retrasado hace inviables muchas operaciones”, alertó Giraudo.
El sector teme que el tradicional pico estacional de producción, previsto entre septiembre y noviembre, agrave la situación. Si el mercado interno no logra absorber el excedente y las exportaciones siguen estancadas, podría generarse una sobreoferta que provoque un desplome de los precios internos, afectando a toda la cadena láctea, especialmente a pequeños y medianos productores.
Aunque se registra una mejora en las ventas de leches en polvo, yogures y dulce de leche, los productos de mayor valor siguen rezagados. La industria teme que, sin un giro en las condiciones económicas, el repunte actual se vea opacado por un segundo semestre marcado por la sobreoferta, baja rentabilidad y caída de precios en el mercado interno.
Fuente: Ámbito Financiero