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17 Mar 2025
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17 Mar 2025
Los incentivos a la natalidad en China generan expectativas en el mercado lácteo global. ¿Podrán impulsar el consumo de lácteos a largo plazo?
China
En conclusión, los subsidios a la natalidad representan una oportunidad para la industria láctea

La reciente política de subsidios a la natalidad en China marca un nuevo horizonte para el mercado lácteo global.

Con incentivos de hasta US$ 13.800 por hijo en algunas provincias, el gobierno busca frenar el envejecimiento poblacional y estimular el consumo.

Este tipo de medidas ya ha generado reacciones en la bolsa: las acciones de compañías de fórmulas infantiles como Feihe y Beingmate subieron hasta un 10% en días posteriores al anuncio, según Bloomberg.

La experiencia global muestra que el crecimiento de la población infantil es un motor clave para la demanda de lácteos, desde fórmulas hasta productos frescos. Sin embargo, estudios advierten que factores como el costo de vida y las barreras sociales limitan el impacto real de estos subsidios.

En Japón, pese a ofrecer incentivos financieros desde los años 90, la tasa de natalidad sigue en declive, situándose en 1,26 hijos por mujer en 2022, según el Ministerio de Salud japonés.

Sin embargo, el estancamiento en las tasas de natalidad en diversos países ha llevado a una reconfiguración del mercado, con una mayor orientación hacia productos premium, fortificados y destinados a poblaciones de mayor edad.

Según datos del Banco Mundial, las tasas de natalidad en muchas economías clave han mostrado descensos sostenidos en las últimas dos décadas.

En Europa, por ejemplo, países como Italia y España han registrado caídas de hasta un 30% en la natalidad en los últimos 20 años. Mientras tanto, en Asia, Japón y Corea del Sur han implementado incentivos económicos similares a los de China, sin lograr frenar el envejecimiento poblacional.

La aplicación de subsidios en China podría revertir parcialmente esta tendencia, aunque los expertos coinciden en que el impacto será a largo plazo y dependerá de otros factores estructurales, como el costo de la vivienda, la estabilidad laboral y el acceso a servicios de cuidado infantil.

Además, los hábitos de consumo han cambiado drásticamente en los últimos años, con un crecimiento del 10% anual en la industria de bebidas vegetales en China, según Euromonitor, lo que también condiciona las perspectivas de crecimiento del sector lácteo.

Las grandes compañías lácteas están observando con atención cómo evoluciona la situación. La demanda de leche en polvo, quesos y fórmulas infantiles podría beneficiarse de un eventual repunte en la natalidad, pero los cambios de hábitos de consumo también juegan un rol determinante.

En muchos mercados, la preocupación por la nutrición infantil ha impulsado regulaciones más estrictas sobre las fórmulas lácteas, como la prohibición de publicidad directa en la Unión Europea y China, lo que podría afectar las oportunidades de crecimiento del sector.

A nivel comercial, las principales economías exportadoras de lácteos han estado diversificando sus mercados para contrarrestar la baja natalidad y el estancamiento del consumo interno.

Países con una fuerte industria láctea han intensificado su presencia en mercados emergentes, apostando por productos de valor agregado y certificaciones de calidad para garantizar su competitividad.

Además, en un contexto de creciente competencia en el comercio internacional de lácteos, los países exportadores analizan cómo posicionarse en un posible nuevo escenario de mayor demanda.

Las estrategias incluyen la diversificación de productos, inversiones en innovación y acuerdos comerciales para garantizar el acceso a mercados clave. En este sentido, los tratados de libre comercio juegan un papel crucial para facilitar la colocación de productos lácteos en mercados con alto potencial de consumo.

El caso de China no es único. Otros países han implementado políticas similares con resultados mixtos. En algunas naciones, los incentivos financieros han logrado aumentar temporalmente la tasa de natalidad, pero sin garantizar un cambio estructural en las tendencias demográficas.

En Francia, por ejemplo, los subsidios a la natalidad han sido parte de la política social durante décadas, con incentivos financieros, licencias parentales extendidas y acceso a guarderías subvencionadas.

Si bien la tasa de natalidad en Francia es una de las más altas de Europa (1,83 hijos por mujer en 2022, según INSEE), los expertos advierten que no se debe únicamente a los incentivos económicos, sino también a un conjunto de políticas que facilitan la conciliación entre la vida laboral y familiar.

Con 23 provincias chinas implementando incentivos financieros, la industria láctea global está atenta a las cifras de natalidad y su relación con el consumo futuro.

Aunque la reactivación de la demanda no será inmediata, el sector ya perfila estrategias para posicionarse ante una posible recuperación. Las compañías líderes en exportación de lácteos evalúan ampliar sus capacidades de producción y ajustar sus modelos de negocio para atender la demanda futura de productos infantiles.

En conclusión, los subsidios a la natalidad representan una oportunidad para la industria láctea, pero su impacto real dependerá de múltiples factores.

La combinación de políticas económicas, cambios culturales y estrategias de mercado determinará si el aumento de la natalidad en ciertas regiones se traduce en un crecimiento sostenido del consumo de lácteos. Mientras tanto, el sector se mantiene en alerta, analizando cada movimiento del mercado para anticiparse a las tendencias y maximizar las oportunidades de negocio.

 

Valeria Hamann

EDAIRYNEWS

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