Obtener la comida para que los animales sigan produciendo en las puertas del otoño, cuando se produce el grueso de las pariciones, es la mayor preocupación por estas horas.

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Mientras los productores toman créditos que les permita sortear estos obstáculos. Si llueve como debe en este febrero, la zafra de comercialización de ganado lechero que comienza en marzo podría ser muy buena.

Lo que se perdió se perdió. Ahora la mirada está puesta sobre cómo se presentarán los próximos meses. Y sobre todo cuando lloverá para terminar definitivamente con este calvario que tiene a mal traer a todos los sistemas productivos. Por sus características la lechería es uno de los más perjudicados a razón del volumen de alimentos que deben utilizar para mantener la máquina de producción en buenas condiciones. Y sobre todo tener agua disponible en abundancia, que en este contexto con aguadas secas y muchos pozos con serias limitaciones, se suma otro dolor de cabeza para el productor.

El otoño entrará con animales muy golpeados

Con las puertas del otoño a mano, los tamberos apuntan sus baterías a mantener las vacas en buen estado, donde el grueso de las pariciones en la cuenca lechera se producen en esa época del año. “El ganado está muy golpeado por la sequía y lo más preocupante es la falta de reservas para adelante”, dijo Leandro Galarraga productor de Florida y Presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL). Los cultivos de verano están muy disminuidos, los rendimientos son poco alentadores y las expectativas del sorgo que aún queda por levantar no son para nada buenas. Este escenario complica doblemente las proyecciones para el futuro inmediato cuando se ingrese al invierno con las vacas paridas y pocas reservas alimenticias para sostener la producción.

Aunque el invierno del año pasado se presentó seco –los tambero destacan positivamente este elemento por las complicaciones sanitarias que genera un invierno lluvioso- la falta de lluvias en la primavera representó todo un problema para fabricar las reservas para los próximos meses. El stock de reservas es bajo, en la mayoría de los casos se pudo fabricar un tercio y hasta un cuarto de lo habitual. A este desafío se le suma la escases de comida durante este verano que provoca que haya que recurrir a esas reservas dejando a los establecimientos con pocas o nula comida para lo que se viene.

Para sortear estos obstáculos la ANPL está trabajando para suministrar reservas a sus productores aunque el incremento de los costos, propio de este tipo de situaciones, y la poca disponibilidad existente en el país no han dado los resultados esperados. “Para poder aguantar esta situación”, Galarraga dijo que se trabaja con Prolesa para tener un stock de granos y concentrados importante y estirar las reservas lo máximo posible con productos con fibra como cáscara de soja o afrechillo.

Hay establecimientos que se debe resembrar toda el área

El estado de las pasturas es otro de los factores que ponen en riesgo el futuro inmediato de la producción. “Hay praderas muy comprometidas” que difícilmente puedan salvarse. Si el clima colabora este año se tendrá que volver a sembrar el 100% del área de los tambos debido al desgaste que han tenido las praderas de 1º y 2º año al igual que los verdeos que habitualmente se siembran en otoño.

La falta de agua sigue siendo un dolor de cabeza para un sector que consume en grandes cantidades diariamente por las características de su producción. Como en la mayoría de los casos, las cañadas y los tajamares están secos y la disponibilidad de los pozos se transforma en una situación muy estresante para los productores. Galarraga lo definió como una situación “muy desgastante física y anímicamente” para los productores.

En febrero se registraron caídas de producción entre 3,5% y 4% en esa parte del país y los productores no han tenido más alternativa que tomar créditos. Como consecuencia de esta tercera emergencia agropecuaria en forma consecutiva se ha puesto a disposición de los tamberos varias herramientas financieras y de apoyo tanto público como privado. Estas propuestas van desde medidas financieras del Banco República, Grupo Conaprole integrado por Prolesa y Proleco o medidas impulsadas por el directorio de la Cooperativa.

Se profundizó la caída de producción

La situación no es distinta en Canelones donde la caída de producción de leche en febrero es del 7% con respecto a igual periodo del año pasado. Lo más preocupante es el costo por litro de leche que alcanza topes inmedibles. Las lluvias previstas para la semana pasada se fueron en promesas y las pronosticadas para estos días se esfumaron. Con todas estas limitantes, el estado general de las vacas es bueno y tiene relación con el esfuerzo que están haciendo los tamberos para mantener bien alimentados a sus animales.

Como lo manifestara Galarraga, Justino Zavala de la Agremiación de Tamberos de Canelones señaló que la dificultad pasa por conseguir forrajes que son escasos en muchas partes del país y porque “el que lo tiene lo valoriza”. Un fardo que hace un tiempo atrás costaba US$ 10 ahora se lo puede conseguir entre US$ 35 y US$ 40 sumado el costo del flete. Una tonelada de silo puesta en el establecimiento pasó de US$ 40 a US$ 110 y un silo completo se paga a unos US$ 30.000. Si bien existen en este momento varias propuestas de financiamiento – Microfinanzas ofrece US$ 20.000, Prolesa una cifra similar, Conaprole financia la primavera siguiente, el Banco República desplegó un abanico de posibilidades – la interrogante que se hace Zavala es hasta donde “vamos a hipotecar el futuro de los establecimientos”. El productor adelanta que será un año complicado y lo peor es que “estamos entrando en una espiral de endeudamiento que nos va a complicar la vida este año, el que viene y el otro”.

Aún falta para que llegue el riego definitivamente

Da pena ver lo poco que permanece en pie en las praderas. Los maíces de segunda que estaban aguantando bastante bien se están secando a la velocidad de la luz. Mucha gente ya está ensilando lo que se salvó y otro tanto no tiene esa suerte. La soja que aguantaba la atacada se debilita día tras día. El sorgo que se plantó para silo se perdió todo y los fardos de alfalfa que normalmente se elaboran, este año brillan por su ausencia.

Con todo este escenario de trasfondo, el riego volvió a cobrar fuerza que aunque parezca un tema de segundo plano, siempre está “en permanente revisión”. Zavala explicó que hay varios elementos a tener en cuenta a la hora de tomar el riego como una posibilidad cierta para los establecimientos. Mencionó entre ellos, si el lugar donde se va a regar es de propiedad del establecimiento, los altos costos de inversión inicial y la disponibilidad de fuentes de agua en el predio. Aseguró que en algún momento va a llegar aunque el proceso aún será muy lento.

Si llueve en febrero la zafra será excepcional

En marzo comienza la zafra de comercialización de ganados lecheros en el país y La Mañana consultó al consignatario Federico Di Santi sobre las expectativas para este año teniendo presente el escenario negativo que se vive hoy en el sector. El empresario consideró que de llegar las lluvias en febrero estaremos en presencia de “una zafra con alta demanda de categorías de ganados con leche”. En la medida en que caigan buenas precipitaciones en este mes que permitan un buen implante de avenas y que “el clima deje pastorear que no es un tema menor”, mejorarán las condiciones para que los productores inviertan en ganados. En cuanto al mercado de toros se esperan valores similares a los del año pasado entre US$ 3.000 y US$ 3.500. La colocación general de toros es muy cercana al 100% y “este año no creo que sea la excepción”. La firma inaugura la zafra 2023 el 24 de marzo en el Local Cardal con una importante oferta de vaquillonas próximas, paridas y diferentes categorías de ganados jóvenes.

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