En mayo pasado el precio promedio ponderado de la leche pagado al tambero argentino fue equivalente a 0,269 u$s/litro, según datos publicados por la Dirección Nacional Láctea, mientras que en Uruguay se ubicó en una media de 0,290 u$s/litro, según datos del Instituto Nacional de la Leche (Inale).
A diferencia de Argentina, donde existe una multiplicidad de industrias lácteas, en Uruguay el principal formador de precios de la leche es la cooperativa Conaprole, que exporta la mayor parte de los productos lácteos que elabora.

Si bien la política de Conaprole es evitar ajustes abruptos de precios en las liquidaciones realizadas a sus socios tamberos, la caída de la demanda internacional de lácteos registrada al comienzo de la pandemia del Covid-19 obligó a la empresa a realizar un recorte del valor de la leche que recién pudo se corregido parcialmente en mayo.
El precio promedio de la leche en polvo entera a granel exportada por Uruguay, que llegó a estar en 3329 u$s/tonelada en marzo, cayó a 3222 y 3071 u$s/tonelada en abril y mayo respectivamente.
En la Argentina el efecto combinado de la sobreapreciación cambiaria –en el marco de un mercado cambiario intervenido por el Estado– junto con una puja creciente de las empresas lácteas por originar leche, impulsó los valores de la leche medidos en dólares.
Sin embargo, a partir del mes de abril la primarización del consumo de lácteos en el mercado interno –principal cliente– junto con las dificultades para exportar provocaron una caída considerable del valor de la leche medido en la moneda estadounidense.
En Uruguay uno de los riesgos crecientes presentes en el sector es la conflictividad laboral en el ámbito industrial por parte de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC), que la semana pasado llegó a paralizar algunas líneas de producción de la cooperativa para provocar un desabastecimiento temporal de algunos lácteos en el mercado local.