El tambo robot es una tecnología que viene desarrollándose hace unos 25 años y con la que se pueden alcanzar altos niveles de eficiencia en la utilización de los recursos, impactando positivamente en la calidad de vida y las condiciones de productividad de las personas que trabajan en el tambo, en el medio ambiente y el bienestar animal.

Un tambo robotizado permite jornadas laborales más flexibles, menor desgaste físico y la calificación de tareas que se revalorizan: un tambo de precisión requiere la profesionalización de su manejo. Además en un momento en que se vuelve fundamental atraer la participación de los jóvenes al sector lechero, la robótica aplicada al ordeño ofrece a las nuevas generaciones tecnologías afines a sus pautas socioculturales, lo que es un llamado a permanecer o iniciarse en la actividad.

Un cubículo abierto al que la vaca entra cada vez que necesita ser ordeñana, donde sigue manteniendo contacto visual con su grupo (para ellas es fundamental) y en el que se le ofrece alimento y agua fresca mientras un brazo robótico lava, desinfecta y ordeña cada pezón mientras recoge datos que son procesados en un análisis exhaustivo de cada una, permitiendo al productor reducir costos, ser más eficiente en la detección de enfermedades y celo, y lo que es más importante, permite que las vacas produzcan hasta un 10% más de leche.

¿Pero qué hace que las vacas produzcan más? Un tambo robotizado proporciona sobre todo Bienestar Animal. Eliminando estrés conseguimos un rodeo tranquilo y manejable. Todas llevan un collar con un chip conectado a una computadora que recoge muchísima información sobre su productividad y sobre su salud, posibilitando la inmediata detección y atención de cualquier requerimiento individual. Ingresan voluntariamente a ser ordeñadas en el momento en que lo deseen, de acuerdo al momento de la lactancia en que se encuentren, lo que las lleva un alivio sin demoras, gozando de una libertad que les garantiza mayor confort e incrementando así su capacidad.

El robot funciona sólo, pero tira alertas en los celulares de los operarios si algo no está bien con algún animal, por lo que el rodeo, el principal capital del tambo, no está jamás descuidado.

¡Hay un mundo desconocido y maravilloso detrás de cada porción de lácteos que llega a tu mesa!

Vos ¿Ya tomaste tu vaso de leche hoy?

Valeria Guzmán Hamann
EDAIRYNEWS

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