La cuestión es que un incremento del valor interno de la soja podría generar importantes perjuicios en el sector lechero en general y en los tambos de menor escala en particular.
Ayer me llamó recaliente un tambero de San Francisco que no le venden expeler de soja por el posible aumento del poroto por las versiones de las medida que tomaría el Gobierno y me decía: "Te juro que si se va la proteína al precio que dicen, vendo el tambo y me voy del país"
— Néstor Roulet (@NestorRoulet) September 3, 2022
Un ajuste considerable de los balanceados no llega en el mejor momento porque, en términos promedio, las empresas tamberas vienen perdiendo dinero desde comienzos del presente año porque el valor interno de la leche no logra cubrir los costos de producción, según cálculos elaborados por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) y el INTA.
Vale aclarar que, mientras que los tambos de mayor escala cuentan con mayores reservas forrajeras y “espalda” financiera para afrontar la actual coyuntura, los más pequeños no tienen más margen para seguir perdiendo dinero. Seguiría, por lo tanto, potenciándose el proceso de concentración presente en el sector.
Adicionalmente, parte de los tambos producen en campos arrendados y, si no es el caso, deben (o deberían) considerar el costo de oportunidad de la tierra para poder medir si están generando o no valor con la producción lechera.
Los acuerdos de alquiler contemplan, por lo general, un valor asociado a una canasta de productos –como leche, soja o maíz– o bien directamente soja en el caso de unidades localizadas en ambientes con aptitud agrícola.
50% de tambos arriendan campo y casi el 30% arrienda la totalidad de la superficie que trabaja. Compitiendo con la agricultura.
Hablame de riesgo. pic.twitter.com/JTLsfID3S7
— Andrea Passerini (@AnPasserini) September 1, 2022
Por lo tanto, un ajuste del valor interno de la soja terminará complicando al sector si el mismo –como es muy probable que suceda– no puede trasladarse al valor de venta de la leche, un producto intervenido por el gobierno nacional a través de acuerdos de precios máximos realizados con las compañías lácteas.
Los últimos datos oficiales muestran que casi el 20% de la oferta argentina de leche es elaborada por tambos pequeños con producciones de hasta 2000 litros/día, los cuales son en su mayor parte los que se encuentran en riesgo con el ajuste de costos que viene en camino.