Hace ya una década que Pedro Mazziotti trabaja con empresas lecheras que emplean robots y no deja de sorprenderse porque todos los días –asegura– encuentra información que le permite aprender algo nuevo.
Perfil del CREA Tambero Robótico
“El grupo no es sólo sobre robótica, si bien todos cuentan con esos equipos; se trata más bien de un grupo de inquietos tecnológicos en el cual se intercambian experiencias sobre diferentes tecnologías”, resaltó Pedro.
Los robots, incorporados en el marco de sistemas voluntarios de ordeñe, permiten generar un volumen descomunal de datos que, si se gestionan de manera apropiada, son el insumo base de información clave para tomar decisiones orientadas a maximizar las eficiencias productivas.
“En el CREA procesamos aproximadamente 700.000 datos mensuales, los cuales se generan de manera automatizada; recién ahora estamos implementando una planilla de carga manual con datos reproductivos y de mortandad”, comentó.
Conjunto de indicadores lecheros
Los registros contenidos en los programas de los tres equipos robots se exportan a una planilla Excel para luego ser homogeneizados por el asesor a través de la aplicación Power Bi de Microsoft y volcados a un sitio –al cual los integrantes del grupo acceden con contraseña– en el cual es factible analizar la evolución de indicadores clave de cada empresa y compararlos con los registros del resto de las empresas del grupo.
Al sistematizar y modelizar un conjunto enorme de datos en cuadros, gráficos y planillas fáciles de visualizar, lo interesante es que comienzan a advertirse situaciones que en sistemas productivos convencionales pasan seguramente inadvertidas.
“En un momento observamos que la empresa que más leche producía era la que menos ordeñes tenía, lo que llevó a investigar esa cuestión y realizar intercambios muy enriquecedores; no toda la producción se explica por la cantidad de ordeñes”, remarcó.
El nivel de detalle de la información puede llegar incluso a contar con un ranking de las vacas más productivas, de manera tal de poder identificar cuáles son las características de los ejemplares mejor adaptados a los sistemas voluntarios en cada sistema productivo.
“Una particularidad que observamos en todos los casos es que las vacas, en sistema de ordeñe voluntarios, no quieren ordeñarse en horas de la madrugada”, apuntó.
Integrantes del CREA Tambero Robótico
Al poder hacer un seguimiento sistemático y constante de una gran cantidad de indicadores, resulta fundamental establecer metas en cada uno de los mismos para poder incorporar procesos de mejora continua. “La información resulta útil cuando se tiene claro cuáles son los indicadores clave por monitorear y cuál es el norte por alcanzar”, expresó.
Además de liberar al personal de tareas operativas y poder realizar un seguimiento en tiempo real del comportamiento, estado y productividad de cada vaca en el tambo –más allá de cuál sea la escala del mismo–, el sistema permite disponer de un volumen de datos y de información que, de otra manera, sería imposible o demasiado complejo y oneroso de generar.
Esa información, al ser gestionada en un entorno colaborativo –como es el caso del CREA Tambero Robótico–, posibilita crear valor a gran velocidad a partir de decisiones fundamentadas sobre bases estadísticas muy robustas.
“Los robots nos entregan muchos datos, pero tenemos que ver qué hacemos con esos datos para transformarlos en información y tomar decisiones. Y las decisiones las toman las personas. Los robots, en definitiva, nos desafían todos los días a aprender”, concluyó Pedro.
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