Más allá de la diversidad de situaciones que coexisten en la vasta geografía argentina, con sus distintas cuencas productivas, en 2024 algunos astros parecen haberse alineado a favor de la lechería, una actividad que se juega el resultado los 365 días del año y que sabe lo que es remar contra la corriente. Un clima favorable y sobre todo la recuperación del precio de la leche les están dando un respiro a los tambos.
“La foto es buena y si bien en este barrio no pegó tanto la sequía del verano pasado, el segundo semestre de 2023 y principio de 2024 fue financiera y económicamente muy desafiante”, describe en diálogo con Clarín Rural desde Tandil el consultor de empresas especialista en lechería Hugo Quattrochi, y detalla lo que era un contexto adverso: “El precio de la leche estaba atrasado contra la inflación, la devaluación posterior y una relación concentrado/leche que fue muy desfavorable durante bastante tiempo y les presentó el desafío a muchas empresas de tratar de no perder potenciales de producción en momentos de alimentos concentrados caros”.
Hoy la situación es radicalmente distinta. “En noviembre llovió mucho y la escena forrajera es excelente. A eso se le suma una relación concentrado/leche inédita por lo favorable, un dólar tranquilo y aparentemente previsible, un precio de la leche alto en dólares oficiales y buenos precios de la vaquillona preñada. Toda esa combinación constituye una foto que es muy buena”, describe Quattrochi, con el foco puesto especialmente en la zona Mar y Sierras del sudeste bonaerense, y aclara: “El sistema de base pastoril con suplementaciónq ue predomina en nuestra región permite otra cintura para pasar las crisis, sobre todo cuando estas en lugar de climáticas son relativas al costo o el precio”.
Lo cierto es que tras una pronunciada merma productiva, la relación de oferta y demanda se hizo más tirante y empujó hacia arriba el precio de la leche. En concreto, la variación anual de los valores en la tranquera del tambo fue del 234 por ciento, hoy ronda los 0,45 dólares por litro cuando en enero era de 0,30 y el promedio de los últimos veinte años es de 0,27 dólares por litro, y la rentabilidad de las empresas se recuperó notablemente.
En este escenario, una encuesta entre empresarios CREA de todo el país revela que en promedio se espera un crecimiento de la producción de leche en el próximo cuatrimestre, aunque existen contrastes regionales que se explican por los problemas climáticos ocurridos en algunas cuencas. “El aumento esperado de la producción de leche se sostiene en partes iguales, tanto en lo que respecta al crecimiento del rodeo como a las mejoras de la producción individual de leche promovidas por cambios en las dietas e inversiones en confort animal, entre otros factores”, describe el relevamiento.
Quattrochi explica algunos puntos que muestran cómo toman decisiones las empresas más ordenadas en esta situación. “Lo que primero que se hizo fue recomponer liquidez. El ánimo hoy es optimista, pero las empresas que ya llevan mucho tiempo pensándose tanto en el diseño y la gestión de su empresa y del negocio están maduras en darle moderación y no euforia a los momentos buenos. Saben que estos son momentos para capturar resultado, consolidar, y también para ahorrar y prepararse para los momentos que no sean tan buenos”, dice el profesional, quien además desarrolla funciones de consultor externo y auditor para multinacionales y agriholdings en varios países.
Luego comenta que durante los últimos semestres, que fueron bastante desafiantes, hubo muchas empresas que conscientemente trataron de mantener un estándar de alimentación para no perder “potencial vaca”, lo cual las hizo estar preparadas para aprovechar este momento.
“En esas empresas lo que se está haciendo es inversiones postergadas en infraestructura, alguna está explorando los créditos en litros de leche, que parecen ser una herramienta muy buena para la lechería…”, dice el consultor.
Por su parte José “Pepe” Quintana, empresario tambero y director de la consultora Economía Láctea, también indicó en un informe reciente que las relaciones de precios son favorables para el sector lechero y que el panorama climático y biológico (Dalbulus maidis) no muestran por el momento señales de alarma, pero proyectó que, en el mejor de los casos, cabría esperar una recuperación moderada de la producción argentina de leche para el año 2025. “Podríamos aspirar a que, en el mejor de los casos, 2025 se parezca a 2023 en términos de producción”, estimó.
En el horizonte próximo, más allá de las dimensiones de la mencionada recuperación productiva, Quattrochi avizora algunas señales para seguir de cerca. “Todo este escenario de precio de la leche alto inevitablemente vino por falta de materia prima. Ahora sabemos que en muchas regiones están muy embalados, con los tambos grandes sacando mucha leche, con lo cual habrá que observar cuál es la situación de oferta en la próxima primavera. Se abre un interrogante sobre cómo evolucionará el retraso cambiario actual en relación a la capacidad de compra de la exportación en una primavera donde aparentemente va a haber más leche, y encima en época de elecciones. Pero bueno, falta bastante para eso y la lechería se merece un respiro de varios meses”, concluye.
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