La provincia afianza su respaldo a la producción de leche con exenciones impositivas clave, buscando proteger la cuenca lechera y asegurar su rol socioeconómico.
El sector lechero de Tucumán, Argentina, celebra una noticia vital para su sostenibilidad: la extensión de los beneficios fiscales hasta el año 2035. Esta prórroga, que se suma a un historial de apoyo que se remonta a 1985, asegura casi medio siglo de exenciones impositivas para la producción de leche en la provincia. La medida, impulsada por la administración del Gobernador Osvaldo Jaldo a través de la Ley 9905, busca proteger la cuenca lechera tucumana, una actividad que, por su naturaleza, requiere inversiones a largo plazo y tiene un ciclo de maduración extendido.
Exenciones claves para la competitividad del tambo tucumano
Los beneficios fiscales abarcan la exención del Impuesto Inmobiliario sobre las tierras destinadas a la producción lechera y la exención del Impuesto a los Ingresos Brutos sobre las ventas de leche cruda. Además, la Ley Nº 7600 otorga a las cooperativas lecheras y mixtas una exención de diez años en el Impuesto a los Ingresos Brutos para rubros esenciales como forrajes, alimentos balanceados, semillas de pasturas, agroquímicos, reproductores bovinos de raza lechera, semen y maquinaria tambera. Estas medidas son consideradas por el ministro de Economía, Daniel Abad, como una “contribución estratégica” para sostener la actividad primaria.
Un rol socioeconómico vital a pesar de la modesta producción
Aunque la producción diaria de leche en Tucumán es modesta (entre 60.000 y 85.000 litros) en comparación con otras provincias líderes, su importancia radica en el rol social y económico que cumple. La actividad, concentrada en el norte provincial con 53 productores lecheros y 4.500 cabezas de ganado, genera un efecto multiplicador en la economía local, ya que cada tambo emplea entre cuatro y seis personas. Esta base productiva, que espera un repunte en la temporada de máxima producción en primavera, es fundamental para la fijación de población rural y el desarrollo regional.
La Overita: un ejemplo de impacto social y consumo interno
La industria láctea tucumana se orienta casi exclusivamente al consumo interno. Un tercio de la leche cruda se envía a otras provincias para procesamiento, mientras que los dos tercios restantes se transforman en productos lácteos locales y artesanales. Un caso destacado es la fábrica La Overita, gestionada por la municipalidad de la zona norte. Esta planta provee leche y yogur a escuelas y sectores vulnerables a precios reducidos, cumpliendo una función social crucial que complementa la producción primaria y el procesamiento artesanal.
Legislación provincial: un pilar para la inversión y el crecimiento
La continuidad de estos beneficios fiscales, iniciados con la Ley 5724 de 1985 y ratificados por la Ley 9905, demuestra el firme compromiso del gobierno provincial con la industria láctea. Este marco legislativo favorable es un incentivo clave para que los productores inviertan en mejorar el riego y reducir costos, a pesar de que el sector aún demanda más subsidios. La estabilidad fiscal a largo plazo es un factor decisivo para el crecimiento y la competitividad de la cuenca lechera de Tucumán en el contexto de la agroindustria nacional.