La Unión Europea ha intensificado sus gestiones para lograr respaldo a su propuesta de acuerdo comercial con el Mercosur, especialmente entre sectores agrícolas que ya se muestran escépticos ante la apertura. La estrategia apunta a mitigar las resistencias locales mediante normas de protección en caso de desbalance comercial y mecanismos de revisión rápida.
Las claves del planteo europeo
El acuerdo entre la UE y los países del Mercosur —Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia— prevé eliminar aranceles progresivamente en casi todos los bienes comerciados durante los próximos 15 años, lo que crearía una de las zonas más extensas de libre comercio del mundo, con aproximadamente 780 millones de personas como mercado.
Ante la oposición del sector agrícola europeo, las autoridades comunitarias presentaron mecanismos de defensa: si las importaciones desde el Mercosur bajan sus precios por debajo de un umbral comparativo (≥10 % más bajas que precios dentro de la UE), se habilitarían investigaciones rápidas. Si se comprueba “daño grave”, las preferencias arancelarias podrían retirarse temporalmente.
Además, el texto incluye disposiciones para proteger productos sensibles como lácteos, carne bovina y huevos, que históricamente han sido más vulnerables frente a competencia exterior.
Riesgos y oportunidades para la industria agroindustrial
Para los países del Mercosur, el acuerdo representa una ventana de acceso importante hacia el mercado europeo, con potencial para colocar productos agrícolas, como leche en polvo, quesos, manteca o carne, con menor carga arancelaria. Pero eso dependerá de la capacidad de estos países para cumplir exigencias sanitarias, certificaciones de calidad y cadenas logísticas eficientes.
Por el lado europeo, aunque existe temor por la competencia externa, las salvaguardas propuestas pueden moderar el impacto en productores sensibles. Aun así, algunas voces critican que esas protecciones podrían no ser suficientes ante un escenario donde precios de insumos o subsidios en los países exportadores podrían generar distorsiones.
En resumen, el debate sobre el acuerdo UE-Mercosur trasciende lo comercial: es un test para la competitividad del sector agroindustrial latinoamericano, la integración regulatoria y la capacidad de los países del Sur de posicionarse en mercados exigentes con valor agregado.
Fuente: El Día (opinión) — La UE busca apoyo para el acuerdo con el Mercosur El Día