La simbiosis efectiva de agricultura y ganadería convierten a esta granja en un modelo de ciclo cerrado de la producción.
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Instalaciones
La explotación vallisoletana tiene un total de tres naves de vacas adultas. La mitad de una de ellas se destina a animales secos y vacíos, mientras que el resto se destina íntegramente para las vacas en ordeño. Además, hay otras cuatro instalaciones más para recría, amamantadora y sala de maternidad, en la que los terneros pasan los primeros días de vida. Así, esta granja opta por realizar la recría propia. Además, también hay almacenes de alimentación, cobertizos y nave para maquinaria.
El ordeño se realiza mediante diez robots de ordeño repartidos estratégicamente por las naves de vacas en producción. Se trata de robots A4 y A5 de la marca Lely. Además, se dispone de otras tecnologías en la explotación, como son los arrimadores de comida, dos amamantadoras y dos cabinas para suministrar en pienso en el preparto a las novillas, con la idea de que ya se vayan acostumbrando a la rutina del robot de ordeño.
Por otra parte, los animales están situados en las naves en cubículos, sobre una cama de arena. Al estar situado en una zona de pinares, se cuenta con la posibilidad de extraer esta arena que es una garantía de higiene cuando las vacas están tumbadas rumiando, especialmente en la zona de las ubres. Posteriormente, la arena se saca al exterior con el estiércol y se lleva a las tierras para regenerarlas.
En ese afán por cerrar el ciclo de la producción láctea, se está finalizando la instalación de un digestor de biogás para autoconsumo. “La granja será autosuficiente por sí sola y dejaremos de eliminar metano a la atmósfera”, explica el ganadero Ángel Fernando San Juan.
Esta ración se distribuye de forma rápida en las diferentes naves de la granja a partir de un carro unifeed autopropulsado.
Respecto a la alimentación de los terneros, en los primeros días se realiza una clasificación y pasterización del calostro. Se analizan las inmunoglobulinas para utilizar los calostros de mayor calidad en las dos primeras tomas de cada ternero. El resto del calostro se aporta mediante biberón durante un periodo de cinco a diez días. A partir de ese momento, los animales pasan a una amamantadora hasta aproximadamente el día 70 de vida, para pasar posteriormente a tomar paja y pienso, mientras que se incorporan a la ración de novillas en el quinto mes de vida.
Reproducción
SAT Prados Hondos se ha incorporado recientemente a la Confederación de Asociaciones de Frisona Española (Conafe), con la realización de genotipados para realizar los mejores acoplamientos. Se utiliza semen sexado en novillas y en primíparas, buscando los mejores toros acordes a la genética de cada animal.
Hasta el momento, toda la recría es propia, ya que la explotación lleva un tiempo creciendo en número de animales, por lo que se ha ido dejando una importante reposición.
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Sanidad
Respecto a las enfermedades de declaración obligatoria, la explotación vallisoletana se encuentra en zona indemne a patologías como la brucelosis y la tuberculosis. El número de muestreos que realiza la administración para estas dos enfermedades, con el objetivo de seguir demostrando la ausencia de ambas patologías, ha descendido de forma notable en los últimos años por el hecho de encontrarse en una zona indemne.
Además, la propia granja realiza cuatro protocolos de vacunaciones al año, prestando especial atención a enfermedades como la Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR) y la Diarrea Vírica Bovina (BVD).
Futuro
SAT Prados Hondos es la historia de una familia que ha apostado por la ganadería de vacuno de leche durante varias generaciones. El abuelo de Ángel Fernando San Juan comenzó con la producción láctea, aunque apenas contaba con una decena de vacas. Severino y Fernando San Juan, padre y tío de Ángel Fernando, fueron las personas que decidieron poner la explotación en el paraje actual de Prados Hondos, en la localidad de Villanueva de Duero. Ahora, con una edad de 42 años, el actual propietario tiene un amplio recorrido por delante.
Después de varios años con un crecimiento sostenido en el número de vacas en ordeño, la previsión es finalizar el presente año 2025 con un total de 600 vacas en ordeño, cifra que se adapta a la dimensión de las instalaciones, y estabilizarse en ese número de animales.
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Uno de los aspectos clave de la ganadería en la actualidad es la mano de obra. “La clave es ofrecer unas buenas condiciones de trabajo, ya que estamos cerca de una ciudad en la que hay mucha oferta de empleo”, reflexiona el ganadero. Además, demanda que la normativa no sea un factor que juegue en contra de la agricultura y la ganadería.