Pocos conocen el detalle del Plan para Contener la Inflación y Combatir la Carestía, aunque algunos dicen tenerlo. Le comenté que el presidente López Obrador y su equipo económico lo vienen negociando desde mediados de marzo, no con las empresas de mayor presencia en el mercado de productos alimenticios, sino con las que tienen incidencia en los costos de distribución al mayoreo y menudeo de esos productos.
Le pongo el caso del limón. El precio productor, presionado por el aumento en insumos, está en menos de 10 pesos el kilo, pero en el supermercado está en 89 pesos el kilo. Es abril, estacionalmente hay escasez de limón agrio, pero no se justifica la variación que hay entre precio producto y precio de comercialización.
En estas negociaciones algunos han sido poco sensibles.
Es el caso de Jorge Arganis, secretario de Comunicaciones y Transportes, pues, lejos de sensibilizar con el KSCM o Ferromex, el tipo de la agencia les comunicó la imposición de una tarifa de embarque y desembarque, no la negoció. Ellos se oponen porque el gobierno sólo ha subsidiado el combustible para movilidad de una parte del transporte en México, pero no todo el transporte, como el avión, el tren o los barcos. El tema con Canacar es similar.
¿Qué puso la alerta negativa entre el empresariado por lo que se anuncie el miércoles? Que se ha negociado con empresas como Alpura, Lala, Bimbo, Bachoco, Dolores, Semillas Morelos, Del Fuerte, Capullo, Maseca o San Juan, pero que, siendo grandes, no controlan el mercado. No son monopolios como Pemex o CFE.
Son 24 productos, pero si se eligió incidir con estas empresas, de antemano muestra que no va a ser transversal el efecto de lo que presenten el miércoles.
Coparmex, Antad y Concamin han sido los más críticos de la negociación con empresas y la no inclusión de cámaras porque hasta esta semana se incluyó al CCE, que preside Francisco Cervantes. Hoy todos se están dejando llevar por el “ruido”.
DE FONDOS A FONDO
#FIL… Este viernes, visitará la Comarca Lagunera (Durango y Coahuila), Caroline Emond, directora general de la Federación Internacional de Lechería (FIL), máxima autoridad a nivel mundial para el desarrollo de los más importantes estándares para la fabricación de productos lácteos y sus derivados, sustentados en investigación científica. Integrada por más de 1,200 expertos de más de 43 países, que representan 75% de la producción mundial de leche. El papel de la FIL es relevante porque promueve las mejores prácticas en el sector, busca que se implementen políticas y regulaciones adecuadas para contribuir a que los productos lácteos sean seguros y sostenibles.
La visita ocurre después de la incorporación de México como integrante de la Federación en noviembre pasado. La Laguna es la zona más importante de producción de leche con cerca del 23% del total de la producción del país. Ahí se abastecen las empresas lecheras porque los establos de la región cumplen con las mejores prácticas y son un caso de éxito, tanto en sus estándares de bienestar animal como por su capacidad productiva. Los animales libres de estrés producen más y mejor leche de calidad.
Además de atestiguar que México cuenta instalaciones de nivel mundial que abarcan toda la cadena productiva, gracias la gestión del Capítulo México de la FIL, la ejecutiva sostendrá reuniones con los principales liderazgos de los productores, encabezados por Felipe Cedillo Vela, presidente de la Asociación Mexicana de Productores de Leche ( AMLAC); el Consejo Nacional Agropecuario, de Juan Cortina; Mariano Salceda, presidente de Canilec; Grupo Lala, de Eduardo Tricio; así como con funcionarios federales del sector como la diputada María del Refugio Camarena, presidenta de la Comisión de Ganadería de la Cámara de Diputados, y Alan Elizondo, director general de FIRA.
Habrá que seguir de cerca este tema, ya que el país tiene retos importantes en este sector, que cada año produce más de 12 mil millones de litros de leche y consume 16 mil millones de litros de leche y sus derivados.