“La situación está complicada y nos tenemos que reinventar permanentemente para sostener la empresa. Pero estamos bien. Nuestra ventaja es que elaboramos un producto alimenticio y participamos en las tres etapas del circuito productivo: producción primaria, industrialización y comercialización en locales propios”, comenta Lucila De la Mano, administradora de Kelolac.
“Hasta ahora no registramos caídas en las ventas, porque en forma permanente estamos incorporando nuevas estrategias para llegar al consumidor con mejores precios. Además, aprovechamos las promociones bancarias y las complementamos con ofertas especiales durante los días que no hay”, añadió.
Kelolac es una industria láctea familiar radicada en Miguel Riglos, que industrializa la leche producida por sus propios tambos y comercializa la mayor parte de su producción en locales comerciales propios, uno en su localidad y otro en General Pico, ubicado en calle 22, número 310. “Mi bisabuelo era vasco y uno de sus hijos, nacido en Riglos, es mi abuelo, Kelo Nagore, fundador de la fábrica”, cuenta Lucila en una entrevista con LA ARENA.
Kelo tiene 88 años, está retirado y reside en Santa Rosa. En 1990 puso en marcha la planta láctea para procesar la leche de sus tambos. Lucila es hija de Juan Carlos de la Mano y Nora Nagore y actualmente se encarga de administrar la empresa. “Durante mucho tiempo fueron mis padres quienes llevaron adelante la fábrica, donde mi madre, que ya está jubilada, se ocupaba de las cuestiones administrativas”.
Ciclo completo.
La familia tiene dos tambos, uno en Macachín, que el responsable es su hermano Juan Ignacio De la Mano, y otro en Riglos, que está a cargo de Germán Etecharte, esposo de Lucila. Entre ambos establecimientos proveen a la planta con unos 7.000 litros diarios de leche. “En otras épocas recibíamos también de otros tambos, pero ahora estamos elaborando solamente con leche propia y priorizando el abastecimiento de nuestros locales, donde comercializamos el 50 por ciento de la producción”.
En Kelolac elaboran distintas variedades de quesos, con la buena calidad como rasgo distintivo: cremoso, barra, sardo, muzzarella, pate gras, de postre criollo y sardos saborizados. Una porción de esa producción se comercializa en Santa Rosa, a través de “distribuidores históricos, que trabajan con nosotros desde que la fábrica empezó a funcionar”, mientras que otros provenientes de la zona de General Campos se dedican abastecer otros puntos de la provincia.
Mientras tanto, los dos espacios propios de venta al público se llevan “la mitad de lo que producimos”. En ambos lugares “hay una gran aceptación de los consumidores y estamos vendiendo muy bien porque los productos son muy bien recibidos y además continuamente implementamos promociones y ofertas con buenos precios que resultan atractivas para las familias y nos permiten sostener las ventas”. Además de quesos Kelolac, allí comercializan “fiambres, vinos y productos lácteos que nosotros no producimos, provenientes de otras empresas de La Pampa y de ‘La Familia’ de Salliqueló”
En un escenario económico que plantea serias dificultades y grandes desafíos a la industria, “estamos adaptándonos a los cambios y enfocados en sostenernos”. Si bien hace algún tiempo evaluaban “encarar una etapa de ampliación para procesar hasta 20 mil litros diarios, sumando la leche de terceros, decidimos postergar esas proyecciones para más adelante porque vivimos momentos muy difíciles para las pymes”, concluyó.