Una de los indicadores que hacía suponer que el precio internacional de la leche en polvo debía caer en 2020 fue la fuerte baja en el precio del barril de petróleo, que junto con el PBI global son 2 variables que los analistas siguen con particular atención.
En el caso de la relación entre el precio del petróleo y el de la leche en polvo, a lo largo de los años sorprende como las tendencias de ambas curvas se asemejan con las lógicas variaciones que genera la volatilidad de los mercados.
Dicha volatilidad, años de muchos cambios, la geopolítica, el protagonismo de China e incluso las pandemias (van 4 en este siglo) llevan a que a lo largo de los años hayan momentos en que las curvas se separen llevando a pensar que ya no correlacionan.
Sin embargo tarde o temprano se vuelven a alinear. Ocurrió en el pasado y vuelve a ocurrir en la actualidad.
Cuando se buscan explicaciones al por qué de estas tendencias siempre se dijo que es porque los países exportadores de petróleo fueron históricamente los principales importadores de productos lácteos, algo que fue cambiando en la medida que China pasó a ser el principal importador de productos lácteos. De todos modos los exportadores de petróleo siguen siendo los compradores de algo más del 20% de los productos lácteos a nivel global.
Pero si todo se limitara a la demanda de los exportadores de petróleo siempre sería el precio de la leche en polvo el que sigue al precio del barril, sin embargo fueron varios momentos a lo largo de los últimos 15 años en los que fue el petróleo el que siguió a la leche.
Una explicación estaría dada porque el desarrollo económico de países como China genera una mayor demanda no solo de alimentos, en particular proteína animal sino también de energía en todas sus formas.
La geopolítica tampoco está ausente en estos vaivenes, algo particularmente presente en el mercado de petróleo como ocurrió en marzo de 2020 o en el caso de los lácteos la prohibición rusa de importar lácteos de la UE, Estados Unidos, Canadá y Australia.
Lo ocurrido en marzo de 2020 una vez más hizo pensar que en el mediano plazo podían pasar 2 cosas, o subía el petróleo o bajaba la leche en polvo. Finalmente, una vez más fue el petróleo el que convergió hacia el precio de la leche en polvo a pesar de la firmeza del precio de ésta última.
Un indicador de mediano plazo que no deja de estar vigente a pesar de la volatilidad y del nivel de divergencia que se alcanza en determinados momentos.