Este descenso pone en evidencia un cambio de ciclo en el sector, que hasta ahora mantenía una tendencia de crecimiento sostenido. Por primera vez, Galicia no está logrando compensar la caída de la producción estatal, lo que indica que el modelo actual ha tocado techo.

La necesidad de contratos estables y justos

Unións Agrarias valora como un avance que las industrias estén comenzando a ofrecer contratos de 12 meses de duración, tal como establece la normativa. Hasta ahora, predominaban acuerdos con duraciones de menos de cuatro meses, lo que generaba una enorme inseguridad y dependencia para los productores.

Sin embargo, la organización insiste en que no basta con la duración: los precios deben ajustarse al mercado y reflejar los beneficios que están obteniendo las industrias, especialmente en un contexto de alza del precio de la mantequilla de casi el 40 %.

“Los productores también necesitan beneficiarse del buen momento del mercado, o el cierre de explotaciones será imparable”, afirma Unións Agrarias.

El punto crioscópico, en el centro de la polémica

Uno de los aspectos más controvertidos que denuncia Unións Agrarias es el uso del punto crioscópico como criterio para penalizar la calidad de la leche en los contratos. Esta medida, que debería únicamente detectar adulteraciones por adición de agua, está siendo utilizada por la industria para aplicar descuentos a los productores, a pesar de que las variaciones naturales del punto crioscópico no dependen del ganadero, sino de factores como la alimentación o el clima.

Por este motivo, la organización ha solicitado formalmente a FENIL y al LIGAL la eliminación de esta cláusula en los contratos, que consideran nula y abusiva. Si no se obtiene respuesta, acudirán a los tribunales para reclamar su supresión.

“La leche que contiene agua debe ser descalificada, pero si no es así, el punto crioscópico no puede utilizarse como penalización automática. Es una cláusula ilegal”, insisten.

Mediación institucional y reformas legislativas

Ante esta situación, Unións Agrarias solicita la intervención directa de la Xunta de Galicia como mediador neutral en la renovación de los contratos prevista para el mes de agosto. Consideran que las actuales condiciones contractuales se asemejan a contratos de adhesión: o se firman, o la industria no recoge la leche.

Además, piden una reforma normativa que garantice la equidad en la cadena de valor, empezando por la introducción de cláusulas de variabilidad en los contratos. Estas cláusulas permitirían indexar el precio de la leche a datos objetivos del mercado, como ocurre en otros sectores.

“No hacerlo es malo para los productores y también para la industria. Es hora de actuar con madurez”, concluye la organización.

Diferencias de precio dentro de Galicia

Otro de los puntos clave en el conflicto es la enorme desigualdad de precios dentro de la propia Galicia. Mientras que las explotaciones grandes y tecnificadas logran obtener hasta 9 céntimos más por litro, las familiares y pequeñas apenas superan los 45 céntimos.

Aunque la presión sindical ha logrado reducir el diferencial con la media estatal en 2 céntimos, aún queda mucho por hacer para garantizar una remuneración justa y sostenible para todas las explotaciones, independientemente de su tamaño.

h2: Galicia, en riesgo de perder su liderazgo lácteo

Con menos de 5.200 explotaciones operativas, Galicia se enfrenta al riesgo de dejar de ser el motor lechero de España si continúa el ritmo actual de cierres. La modernización del sector no ha sido acompañada por una valoración adecuada del producto, y la industria no ha respondido con precios acordes al esfuerzo de los ganaderos.

Unións Agrarias considera que la viabilidad futura del sector solo puede garantizarse mediante una acción conjunta entre industria, distribución, administración y productores, y anuncia que seguirá trabajando “codo con codo” con todos los actores que deseen defender una cadena láctea sostenible y equilibrada.

CUADRO DESTACADO: Principales demandas de Unións Agrarias

• Igualar el precio de la leche en Galicia con el promedio europeo (53 céntimos).

• Garantizar contratos de 12 meses, con precios vinculados al mercado.

• Eliminar el uso del punto crioscópico como elemento de penalización.

• Intervención de la Xunta como mediador en los contratos de agosto.

• Introducir cláusulas de variabilidad en los contratos.

• Poner fin a la diferencia de 9 céntimos entre grandes y pequeñas explotaciones.