Uruguay avanzó en una regulación más estricta sobre el etiquetado de alimentos al prohibir el uso de denominaciones como lácteo, leche o derivados para productos que no sean de origen animal. La medida fue aprobada en el marco del debate presupuestal y quedó establecida en el artículo 258, cuyo texto fue endurecido tras su paso por el Senado.
La norma impide que bebidas vegetales, productos elaborados a partir de semillas o alimentos desarrollados en laboratorio utilicen términos tradicionalmente asociados a la lechería, tanto en su etiquetado como en la publicidad, presentación comercial o exhibición en puntos de venta físicos y digitales. El objetivo central es reforzar la transparencia y evitar que el consumidor asocie propiedades nutricionales equivalentes entre productos de distinto origen.
Desde el Instituto Nacional de la Leche (Inale), su presidente Ricardo de Izaguirre respaldó la iniciativa y destacó que se alinea con estándares internacionales ya aplicados en la Unión Europea, México y Chile. Señaló además que la definición de leche como “secreción mamaria natural” está contemplada tanto en el Reglamento Bromatológico Nacional como en el Código Alimentario Internacional.
La normativa también alcanza a supermercados, restaurantes y comercios, que no podrán presentar como lácteos productos que no lo sean ni modificar información que pueda inducir a error. Los plazos de implementación y los mecanismos de control serán definidos en una reglamentación prevista para los primeros meses de 2026.
Aunque la medida se justifica principalmente por razones de protección al consumidor y salud pública, también podría fortalecer la posición de la industria láctea tradicional en un contexto de creciente expansión de alternativas vegetales.






