La leche elegida por los consumidores empieza a llegar a los supermercados de toda España. Al menos aquella votada por las más de 6.500 personas que participaron de la iniciativa ¿Quién es el jefe?, una plataforma social importada de Francia que busca empoderar al consumidor dándole la opción de decidir sobre el tipo de producto que demanda y sobre cuál considera que debería ser su precio justo.
Tras casi un año recogiendo las demandas de los participantes a través de un formulario web, los promotores han conseguido que tanto una industria láctea, en este caso la cooperativa zamorana Leche Gaza, como el gigante de la distribución Carrefour hayan apostado por poner en el mercado un producto totalmente diferenciado. «Se trata de un hecho histórico pues es la primera vez que son los propios consumidores los responsables de todo el proceso de creación de un producto, participando también en lo referente a su fabricación e incluso distribución», apunta Annaïck Locqueneux, promotora en España de este movimiento colaborativo que también persigue un reequilibrio de fuerzas entre todos los agentes que intervienen en el sector. «Buscamos una cooperación tripartita entre productores, industria y distribución basada en las necesidades expresadas por todos nosotros, los consumidores. Cada uno en su papel, desde la colaboración y el respeto recíproco», explica.
Los compradores apuestan por pagar más al ganadero y alimentar mejor a las reses¿Cómo es la leche que prefieren los consumidores españoles? Sobre todo, una que remunere justamente al ganadero. Así lo demandaron ocho de cada diez participantes en la encuesta, que cifraron en 39 céntimos el precio que recibiría el ganadero como compensación por su trabajo y como garantía de que el producto final responderá a todos los criterios de calidad exigidos. Ese importe es un 30 % mayor al que perciben actualmente los productores gallegos por cada litro de materia prima que entregan a la industria. En cuanto a calidades, los jefes quieren una leche que se produzca bajo unos parámetros altos de bienestar animal -instalaciones modernas, cómodas y con un mínimo de ocho metros cuadrados de superficie por cabeza-, que, al menos, un 50 % de la alimentación de los animales se base en forrajes y que de ella estén excluidos alimentos transgénicos y otros que contengan aceite de palma o derivados.
También se votó para que la producción se lleve a cabo a no más de 150 kilómetros de la fábrica en la que se envasa, que el recipiente sea de cartón con un elevado grado de sostenibilidad y que su sistema de apertura sea de origen vegetal y no plástico.
El precio de esta configuración a la carta, es decir el que aparecerá en los lineales de los supermercados, es de 84 céntimos para la leche desnatada, de 90 para la semidesnatada y de 99 céntimos para la variedad entera. Unos importes que pueden considerarse elevados si se comparan con los que registran los productos convencionales. De hecho, las últimas estadísticas sobre consumos de lácteos muestran que el 80 % de la leche se vende a precios máximos de 79 céntimos.
Aunque ya es posible encontrar la marca ¿Quien es el jefe? en Madrid, Málaga o Ceuta, se espera que a partir de finales de mes, la leche ya esté disponible en todo el territorio nacional. Lo próximo, lo huevosAdemás de la leche, la marca de los consumidores trabaja en productos básicos como el atún, la harina, los yogures, el aceite, las naranjas y los huevos. En pocas semanas saldrán al mercado los primeros producidos bajo la misma filosofía.
Serán de tamaño medio, sin coloración de la yema y procedentes de gallinas criadas en libertad cuya alimentación se base, al menos el 70 %, en cereales. El centro de producción y el de embalaje no se distanciarán más de 150 kilómetros y en el precio final se añadirá dos céntimos para aquellos productores que conviertan su explotación a campera o ecológica. El precio para este tipo de huevos se establece en 2,83 euros la docena y su distribución se hará en Carrefour.