La Comunidad Valenciana registra una drástica caída de explotaciones de ovino, con impactos en la producción lechera y la sostenibilidad rural.
La Comunidad Valenciana atraviesa una situación crítica con la desaparición de granjas de ovino, especialmente preocupante para la producción de leche de oveja y la sostenibilidad de la ganadería local. Según datos oficiales, en las dos últimas décadas se ha perdido el 76% de las explotaciones ovinas, pasando de 4.374 en el año 2000 a apenas 1.038 en 2023.
Este desplome responde a múltiples factores, como la falta de relevo generacional, el aumento de los costos de producción, la baja rentabilidad y la competencia con otros sectores. Además, las nuevas regulaciones y los desafíos sanitarios han puesto más presión sobre un modelo productivo históricamente frágil.
La reducción de granjas afecta no solo al mercado de carne, sino también al de la leche de oveja, base para quesos tradicionales con denominación de origen y otras elaboraciones artesanales de alto valor agregado. El cierre de estas explotaciones amenaza la supervivencia de estos productos y la economía rural vinculada.
Organizaciones agrarias reclaman medidas urgentes de apoyo, incluyendo incentivos para jóvenes ganaderos, mejoras en la rentabilidad y políticas que favorezcan el relevo generacional. Sin estas acciones, advierten, la tendencia a la desaparición continuará agravándose.
El futuro del sector ovino valenciano dependerá de una estrategia integral que combine sostenibilidad, innovación, ayudas específicas y compromiso político para garantizar la pervivencia de un sistema productivo esencial para el medio rural y la cultura agroalimentaria de la región.
Fuente: Agronews Castilla y León