Para los tambos, atrás quedaron la sequía, la intervención en los mercados y el freno a la exportación. Hoy las reglas de juego están del lado de los productores que lograron mantenerse en pié y encaran la recuperación con renovada esperanza.
“En nuestra cuenca hasta el año pasado se nos secaban las vacas porque no podíamos darle debidamente de comer, incluso aun hoy el estado corporal del rodeo no es el óptimo, pero poco a poco nos vamos recuperando”, aseguró Eduardo Cogo, productor y asesor de reconocida trayectoria en Pergamino y la zona. Luis Peluffo, eminencia en la materia, opina en el mismo sentido.
Él, como tantos otros productores, viene de soportar pésimos años para el tambo por consecuencia de la sequía, aunque no fue ese el único problema. “Teníamos los precios relativos totalmente distorsionados, pagando nuestros insumos al valor del dólar blue y cobrando por la leche al valor del dólar oficial, lo cual nos generaba enormes pérdidas”, recuerda.
Hoy la situación ha cambiado radicalmente, mejoraron las condiciones climáticas y económicas.
“Con un mercado interno que mantiene un alto nivel de consumo, aun cuando el poder de compra no es el óptimo, precios relativos reales y la exportación abierta, la lechería tiene ahora buena perspectiva; hace que el negocio en los últimos seis meses haya cambiado, y desde el punto de vista climático también es otro, tenemos más posibilidades de hacernos de recursos alimentarios, ya sea como silajeo forraje”, señala con alivio Eduardo Cogo, quien desde muy joven tuvo la oportunidad de conocer y entusiasmarse con la actividad lechera.
“Conocí el tambo cuando estudiaba en la Escuela Agrotécnica, me fui capacitando luego en la Universidad, también a través de un par de postgrados, sinceramente es una actividad que me apasiona y nunca he abandonado, aun en los peores momentos”.
Reconoce que es un negocio difícil de sostener en un país que no tiene políticas de Estado que le den previsibilidad a la actividad agropecuaria, aunque está sobradamente demostrado que la producción agroindustrial es la base de nuestra economía.
“Se hace difícil porque cambian permanentemente las reglas de juego, a diferencia de lo que ocurre en otro países de la región, en Brasil sin ir mÁs lejos, el productor puede proyectar su actividad, de hecho se ha convertido en un importante país productor y exportador de carne y leche de la región, mientras nosotros vamos a la deriva”, se lamenta. Pero, aun así no pierde la esperanza.
A diferencia de lo que muchos piensan, Eduardo Cogo sostiene que “en la Argenitina no se cierran tambos porque hay muchos, se cierran porque hasta ahora las políticas apuntaban a una economía cerrada para cubrir el mercado interno, y no pensadas para posicionarnos estratégicamente como país productor de alimentos al mundo”.
Mucho para crecer
Argentina cuenta con unas de las mejores cuencas lecheras de la región y dispone de tecnologías apropiadas, además de la capacidad sobradamente demostrada de productores y profesionales.
“Si tenemos decidido ser exportadores, la Argentina no tendría techo, podríamos crecer a un ritmo de 10 a 15 % anual tranquilamente; con reglas claras y financiamiento, esas dos cosas, el productor argentino va para adelante y todos sabemos de lo que es capaz el campo cuando lo dejan producir sin que te corran la cancha a mitad de camino.
Tengamos en cuenta que son proyectos a mediano plazo, para empezar a ordeñar hoy si no compras vaquillonas a parir, tienes que darle servicio, esperar nueve meses a que para, hacer toda la obra civil para empezar a ordeñar, implantar pasturas, en suma hoy tomas la decisión de abrir un tambo y lo vas a tener en condición de producir dentro de un año, y si en ese plazo te cambian las condiciones macroeconómicas vas a encontrarte con un negocio de mucha inversión a tener baja rentabilidad en el mejor de los casos, o tener que cerrarlo”.
El país que merecemos
Luis Peluffo es una figura con larga trayectoria y reconocido prestigio en lechería, experto en producción, aprovechamiento y planificación de recursos forrajeros. Hoy administra un tambo familiar de 900 vacas en Trenque Lauquen, asesor de varios tambos en Pergamino y también ejerce acciones gremiales como miembro de la Sociedad Rural de Pergamino, representando a la Comisión de Lechería en Carbap, lo que le permite conocer y opinar con sobrados conocimientos de la actividad.
Coincide en opinar que “el tambo viene de atravesar un muy mal momento y con pérdidas en la relación ingresos-gastos, lo que derivó en una caída del 14 % en la producción del país; pero, desde que empezó a llover y hubo ese cambio en los precios, hoy estamos con alimentos más baratos y leche mejor paga”.
Aun así, para Luis Peluffo, aún queda mucho por corregir. “En esta situación de reacomodamiento de precios el consumo global interno ha bajado bastante; entonces, si bien las empresas que exportan pueden seguir mejorando los precios al productor, las pymes se ven complicadas para subir el precio de los productos en la góndola y eso se traslada al tambero”.
Ante esta realidad, si bien el panorama es mucho mejor que el de los últimos años, Peluffo también considera que “aún nos queda mucho por hacer en Argentina, no tanto tranqueras adentro, porque somos muy competitivos, sino en implementar políticas que nos acompañen y nos dejen producir y crecer como país que, creo, es lo que todos esperamos y merecemos.
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